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Wall Street ha cerrado con fuertes pérdidas del 4% (Dow Jones: -4,55%; S&P 500: -4,35%; Nasdaq: -3,79%) tras una semana de locura en los mercados, la más bajista desde 2008. La Bolsa de Nueva York cerró este jueves con avances moderados, que fueron más destacados en el sector tecnológico gracias al rebote de los fabricantes de chips. Pero los inversores siguen muy pendientes de la crisis del coronavirus y del gran impacto económico que está teniendo a nivel mundial.
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El miércoles las caídas fueron del 5,5%; y el lunes la caída superó el 12%, la segunda mayor de la historia, tan sólo superada por el crash de 1987. El Dow ha perdido los 20.000 puntos tras desplomarse un 17% en la semana; y el S&P ha cerrado en 2.304 enteros tras hundirse un 15%. Y el Nasdaq ha perdido los 7.000 puntos y ha bajado un 12% en las últimas sesiones.
Aunque podemos estar a las puertas de un rebote de cierta envergadura tras un desplome vertical superior al 30%, según estiman los analistas. la incertidumbre sigue siendo máxima.
Esto no quiere decir que las bolsas hayan descontado todas las malas noticias y vayan a comenzar a subir de manera indefinida, ya que posteriormente es posible que vuelvan a los mínimos marcados esta misma semana para comprobar si realmente son soportes fiables.
En este sentido, el mercado ya ha descontado una recesión. El PIB de Estados Unidos "se hundirá un 12%" en un segundo trimestre "brutal", la mayor caída desde la Segunda Gurra Mundial, con una "depresión en abril", según anticipan los analistas de Bank of America Securities. "Pensamos que la economía de EEUU ya está en recesión, junto al resto del mundo, y es una caída profunda", aseguran.
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Su previsión es que la economía se contraiga un 12% tras un crecimiento del 0,5% en el primer trimestre. "Aunque la caída es severa, creemos que será bastante corta", añaden. Por ello, esperan que la economía regrese al crecimiento en el tercer trimestre. Para todo el año, pronostican una contracción del 0,8%.
Otro de los problemas para estos expertos es el "alto grado de incertidumbre" sobre las previsiones. "El mayor desafío para cuantificar el impacto del brote es que no hay una experiencia comparable en la era moderna. Además, es probable que la gran escala del choque tenga efectos de onda masivos que son no lineales y difíciles de cuantificar en modelos econométricos normales", explican.
Además, las informaciones sobre la evolución del coronavirus en EEUU no son tranquilizadoras. Ya hay confirmados 14.372 casos positivos y 218 muertes, pero el problema es que el país va muy retrasado en la realización de test. Nueva York es el estado más afectado con 5.713 casos y está aplicando ya medidas drásticas de contención, pero en otros estados como Florida, con 432 casos, las informaciones señalan que la actividad turística no se ha detenido.
En otros mercados, el petróleo West Texas cae un 11%, hasta 23 dólares, tras rebotar un 24% en su mejor sesión de la historia, tras desplomarse un 24% este miércoles. El oro negro descuenta el temor de los inversores a una recesión, tanto en EEUU como a nivel global.
En este sentido, las peticiones iniciales de desempleo repuntaron hasta 281.000 desde 211.000, pero los analistas esperan que la próxima semana se disparen hasta 2 millones por el cierre de comercios.
Por su parte, el euro se deprecia un 0,4% y se cambia a 1,0647 dólares tras depreciarse más del 2% este jueves por el bazuca monetario lanzado por el BCE, que comprará activos por valor de 750.000 millones de euros hasta final de año para intentar mitigar los efectos de la pandemia. La rentabilidad del bono americano a 10 años frena su escalada y cae 18 puntos, hasta el 0,94%.
