Tras conocerse que la inflación se situó en septiembre por debajo del 2% por primera vez en más de tres años, el mercado parece tener claro que el Banco Central Europeo (BCE) volverá a recortar los tipos de interés en la reunión de octubre. Pero, ¿y si esta decisión es menos obvia de lo que parece?
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BofA cambia su previsión sobre los recortes del BCE: los tipos estarán en el 1,5% en 2025"Creemos que la decisión de recortar los tipos de interés será mucho más controvertida de lo que los mercados creen actualmente", apuntan los analistas de ING.
Se muestran "mucho menos seguros" que los mercados de que el BCE vaya a recortar los tipos la semana que viene y ven que "no se puede descartar por completo una sorpresa agresiva".
Para ellos, "la cuestión principal para el BCE será cómo interpretará la distinción entre dependencia de los datos y dependencia de los puntos de datos. Si se consideran todos los datos recientes como un gran punto de datos, no hay razón para recortar en la reunión de octubre. Si se los considera como una gran serie de datos desinflacionarios, lo son", dicen.
Atendiendo a los últimos datos publicados, en septiembre, la inflación de la zona euro cayó hasta el 1,8%. No obstante, los servicios volvieron a registrar la tasa anual más alta al encarecerse un 4%. Además, el índice PMI indicó que la actividad total cayó en territorio de contracción por primera vez desde febrero: el sector servicios se expandió, pero de manera modesta y la más débil en siete meses, mientras el sector manufacturero cayó más profundamente en territorio de contracción, hasta su nivel más bajo en lo que va de año.
"En las últimas semanas, los datos europeos han apuntado tanto a un menor crecimiento como a una menor inflación. En consecuencia, las expectativas sobre los tipos de interés han cambiado, y el mercado ya pronostica un 96% de probabilidades de que el BCE vuelva a recortar 25 puntos básicos el 17 de octubre, frente al 25% del 20 de septiembre", destaca George Curtis, gestor de TwentyFour AM (Boutique de Vontobel).
Hasta ahora, el ciclo de recortes del BCE ha sido lento y constante, con un recorte inicial de 25 puntos básicos en junio, seguido de una pausa en julio y otro recorte de 25 puntos básicos en septiembre. "La cuestión para el mercado ahora, sin embargo, es si estos datos recientes son suficientes para que el BCE aumente el ritmo de recortes en el futuro (es decir, ir reunión por reunión), o si deben considerarse como ruido que puede dejarse de lado por completo", dice.
Bajo su punto de vista, si la inflación sigue bajando en este contexto de crecimiento lento, tendría sentido que el BCE recortara los tipos por debajo del 2% para volverse acomodaticio.
Dicho esto, "hay algunas cosas que a nuestro juicio alejan la posibilidad de un recorte de 50 puntos básicos este año": en primer lugar, "la inflación subyacente se mantiene muy por encima del objetivo del BCE y la disminución prevista del crecimiento salarial el próximo año podría no materializarse en la medida que el BCE espera"; en segundo lugar, "el crecimiento del PIB real debería seguir viéndose respaldado por un mercado laboral tenso y un sólido crecimiento de la renta real"; y en tercer lugar, "los efectos de base sobre la tasa de inflación general deberían volverse menos favorables en el cuarto trimestre, empujando la tasa al alza a finales de año".
Con este panorama, cree que el BCE debe recortar los tipos de forma más consistente de lo que lo ha hecho hasta ahora, puesto que, "si se va demasiado despacio, se corre el riesgo de dañar indebidamente la economía". En su opinión, esto sugiere recortes de 25 puntos básicos por reunión en un futuro previsible, "pero con una dirección que podría presionar a favor de más recortes en lugar de menos, dada la evolución de los datos económicos".
En cualquier caso, añaden desde ING que si el BCE decide recortar los tipos la semana que viene, "esto marcaría un cambio importante en su propia función de reacción", ya que "sería un recorte de tipos para impulsar el crecimiento".
"La ventaja de un recorte de ese tipo sería que el BCE se encontraría entonces de repente en un ciclo de recortes de tipos reunión tras reunión, con la esperanza de adelantarse a la curva y reducir el nivel de restricción monetaria justo a tiempo antes de que se produjera un accidente económico mayor", afirman.