“Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas”. Ya lo dijo Christine Lagarde el 19 de marzo. La pandemia ha forzado a las grandes instituciones a ‘regar’ las economías con “el mayor plan de estímulos conocido por el hombre”, en palabras de Jonathan Golub, estratega de renta variable estadounidense para Credit Suisse. Y así es como invertir para sacar tajada de ello.
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La petición desesperada de Powell (Fed): "Los estímulos fiscales hacen falta ya"La reapertura definitiva de las economías a escala mundial va a suponer una descarga alcista para los mercados y ayudará a relanzar dos sectores “obscenamente baratos”: el financiero y el sanitario. “Estos van a ser los dos mejores sectores de 2021”, afirma Golub, que ve en ese año un escenario para invertir “extremadamente positivo”.
En el caso de los bancos, otras entidades como JP Morgan también creen fervientemente que 2021 puede ser su gran año. "Las revisiones de las ganancias de los bancos pueden particularmente ganarle terreno a las de las tecnológicas durante un significativo periodo de tiempo", afirmaba.
"Reiteramos nuestra estrategia marcada a principios de mes, justo antes de las elecciones de EEUU, según la cual el ratio riesgo/beneficio se ha vuelto positivo, y rotamos carteras para invertir en bancos y 'Value', además de apostar también por los emergentes", apostillaba recientemente el banco de inversión estadounidense.
“Si fuera un ‘hedge fund’ y tuviera que operar a seis semanas vista, sería muy cauto, pero… si miramos más allá, todos esos riesgos se desvanecen”, apostilla Golub de forma contundente.
LOS ESTÍMULOS LLEGAN POR AMBOS FRENTES
Los estímulos masivos lloverán en los dos principales frentes: EEUU y Europa. Por un lado, Washington ultima su segunda gran ronda de ayudas económicas, que llegará en dos fases. Lo hará ante la presión de Jerome Powell, presidente de la Fed, que ve “los meses más duros” aún por delante de nosotros.
Empezamos con Lagarde y acabamos con ella. La presidenta del BCE tampoco se ha quedado atrás, y hace tan solo una semana el organismo aprobaba su tercera salva de estímulos, que se elevaron a 1,85 billones de euros y no cerraba la puerta a bajar aún más los tipos de interés.