• Los inversores no son capaces de anticipar estos hitos negativos
  • Para que sea cisne negro, un suceso debe ser racionalizado después
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Los acontecimientos negativos inesperados suponen la mayor preocupación de los inversores. Es decir, la incapacidad de anticipar hitos que pueden sembrar el pánico. Se trata de sucesos de probabilidad muy reducida y que tumban las bolsas si se producen, y a los que se conocen como cisnes negros.

El concepto fue acuñado por el estadístico y escritor Nassim Nicholas Taleb, explica Self Bank en un artículo, en el que recuerda que el origen se debe a “la percepción que existía en el mundo occidental en el siglo XVI sobre el color de los cisnes. Siempre se había creído que eran de color blanco, hasta que unos exploradores holandeses descubrieron en Austria una especie de color negro”.

Algunos ejemplos son “la caída de Lehman Brothers (en 2008), que supuso el descalabro de la economía mundial, el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929, o los atentados del 11-S”

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Taleb dio tres claves para que un suceso se pueda definir como cisne negro:

1. IMPROBABLE

“Debe ser un hecho altamente improbable de materializarse”, indican en Self Bank. Si existiese la probabilidad de que ocurriese, entonces los agentes económicos anticipan el suceso y éste no tiene tanto impacto.

2. CONSECUENCIAS GRAVES

“El impacto de los cisnes negros es desproporcionado en relación a la probabilidad de que este suceda”, con consecuencias graves, explican en Self Bank.

3. RACIONALIZACIÓN

Para que podamos hablar de cisne negro, el suceso debe ser racionalizado después por los expertos, “tratando de buscar una explicación”.

En finanzas, la teoría del cisne negro analiza el impacto de la incertidumbre en las decisiones de los agentes económicos. Algunos ejemplos de cisnes negros en los mercados son “la caída de Lehman Brothers (en 2008), que supuso el descalabro de la economía mundial, el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929, o los atentados del 11-S”.

Dado que un cisne negro es un suceso improbable y por lo tanto que los inversores no pueden anticipar, la única recomendación posible para evitar que la cartera de inversiones sufra por un hecho de este tipo es “diversificar y adoptar una exposición conservadora hacia el mercado, lo que supondría renunciar a algo de rentabilidad para tratar de preservar capital”, recomiendan en Self Bank.

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