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Edificio sede de la CNMV en la calle Edison de Madrid.EUROPA PRESS - Archivo

Han pasado casi seis meses desde que acabó 2019 y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) acaba de hacer balance sobre ese ejercicio. Doce meses en los que actuó como vigía del mercado y en los que recibió 345 avisos sobre potenciales operaciones sospechosas. De ellas, 227 fueron por el posible uso de información privilegiada, según desglosa en su informe anual. Sin embargo, el organismo encabezado por Sebastián Albella no abrió ningún expediente por el uso de ese tipo de información.

La CNMV explica que en su papel de supervisor de los mercados secundarios tiene entre sus objetivos detectar y prevenir posibles conductas de abuso de mercado y que para eso se nutre de las operaciones sobre instrumentos financieros ejecutadas por las empresas de servicios de inversión, las entidades de crédito y del propio mercado.

Y, de esas fuentes de información, a lo largo de 2019 se le reportaron 345 operaciones consideradas sospechosas, en su jerga ‘Suspicious Transaction and Order Report’ (STOR). Una cifra que se disparó un 49% respecto a lo sucedido en 2018.

MERCADO CONTINUO, AL FRENTE

De esa cifra, según explica el organismo, la mayoría de las STOR se referían al potencial uso (o intento) de información privilegiada. En concreto, el 66%, es decir, 227 operaciones. El resto, a posibles manipulaciones de mercado. En cuanto a qué mercados correspondían estas supuestas irregularidades, más de la mitad (el 62%) hacían referencia al mercado continuo. Por detrás, instrumentos de renta fija, que se duplicaron en un año, alcanzando un 15%. En cambio, las comunicaciones relativas a derivados se recortaron y se situaron en el 7%.

Y en lo relativo a la procedencia de esas sospechas, la CNMV desglosa que, aproximadamente el 38% de esas STOR fueron comunicaciones sospechosas sobre instrumentos españoles recibidas de otros reguladores. En cambio, un 14% del total fueron comunicaciones enviadas desde la CNMV a otros reguladores. Un dato que, indica, duplicó el porcentaje de 2018. Se debió “en su mayor parte, a que algunas entidades financieras, como resultado del ‘Brexit’, han decidido centralizar su operativa en Europa a través de sus empresas de servicios de inversión en España”.

Esos datos contrastan con el número de expedientes sancionadores abiertos por el regulador. A lo largo del ejercicio 2019, el supervisor abrió 17 por infracciones consideradas muy graves. De ellos, ninguno correspondió al uso de información privilegiada, según el citado informe. Sí cerró un expediente, que no detalla, porque previamente se había resuelto en los tribunales. De esos expedientes abiertos, la mayor cifra (6) se debieron a no declarar (o hacerlo de forma incorrecta) participaciones significativas en cotizadas u operaciones de autocartera.

Tampoco abrió expedientes por infracciones muy graves relativas a manipulación de mercado. Pero, en un escalón por debajo (infracción grave) sí abrió cinco expedientes por este motivo y, de nuevo, ninguno por el uso de información privilegiada.

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