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"2024 se perfila como otro año de incertidumbre para los inversores, pero no faltarán oportunidades". Así lo afirman los estrategas de la gestora T. Rowe Price, que ha presentado sus proyecciones de cara a este nuevo año. Cree que la renta fija será especialmente atractiva, y avisa de que el mercado se verá condicionado por la incertidumbre que generan las elecciones presidenciales de EEUU que se celebrarán en noviembre.

A diferencia de lo que ocurrirá en Europa, que ya está en recesión o a punto de entrar en ella, T. Rowe Price se muestra menos inclinada a predecir cuál podría ser el escenario económico para Estados Unidos en 2024, y es que "podría ir desde un 'aterrizaje duro', pasando por un 'aterrizaje suave', hasta un 'no aterrizaje'", dice.

La situación para la primera economía del mundo no está nada clara, y "los efectos distorsionadores de 15 años de expansión cuantitativa y la pandemia dificultan las predicciones", comenta Yoram Lustig, responsable de Multi-Activos para EMEA & Latam en la gestora.

También apunta que, aunque siempre se ha hablado de una recesión tras la inversión de la curva de rendimientos, como la estadounidense, y al final de un ciclo de subidas de tipos como el llevado a cabo por la Reserva Federal, lo cierto es que hasta ahora la economía estadounidense ha mostrado "varios signos de resistencia", como la tasa de desempleo o el aún fuerte crecimiento del PIB.

"Dada la estrecha relación entre desempleo y recesión, el mercado laboral será objeto de especial vigilancia para captar cualquier indicio de una desaceleración económica más pronunciada en Estados Unidos", remarca Lustig. Pero también será muy importante el proceso electoral que marcará todo el año. "La elección del próximo presidente es otra fuente de incertidumbre para el escenario mundial en 2024", destaca.

En opinión del experto, "es probable que este acontecimiento presione a algunos miembros de la Reserva Federal para que traten de evitar una recesión en el año electoral, entre otras cosas porque EEUU ya está lidiando con rebajas de la calificación de la deuda y un déficit explosivo".

Así las cosas, ¿cuáles son las perspectivas globales de T. Rowe Price para 2024? Desde la gestora señalan que todo depende de cinco factores y de su desempeño. Son los siguientes:

1. La inflación sigue siendo un riesgo

La inflación sigue estando en el foco de atención -como confirma la retórica todavía ligeramente 'hawkish' de los bancos centrales- y T. Rowe Price prevé que siga siendo un riesgo en 2024. De hecho, la gestora recuerda que la inflación en Estados Unidos, actualmente en torno al 3,2%, se mantiene en niveles bastante elevados.

Los precios de consumo subyacentes, es decir, ajustados por los componentes volátiles de la energía y los alimentos, se han suavizado en EEUU, mientras que los precios generales han caído rápidamente porque los precios del petróleo se han desplomado desde más de 95 dólares a unos 80 dólares el barril. "Pero el descenso de la inflación subyacente, por el contrario, no ha sido tan rápido en Europa, donde a los precios les está costando más replegarse debido al componente más exuberante de los servicios".

"Por estas razones, seguimos muy de cerca los precios del petróleo, que continúan influyendo directa e indirectamente en el IPC, ya que forman parte de los costes de producción y de viaje, por ejemplo", explica Lustig, que cree que "los precios de la energía, en general, podrían volver a subir en caso de un invierno especialmente frío o de un aumento de las tensiones en Oriente Medio".

2. Los bancos centrales podrían decepcionar

T. Rowe Price prevé que los bancos centrales podrían empezar a recortar los tipos de interés este año, aunque no tan pronto como descuentan actualmente los mercados. "Los bancos centrales tienen una credibilidad que defender y no pueden correr el riesgo de declarar ganada la batalla contra la inflación y recortar los tipos de interés demasiado pronto", señala Lustig.

Entonces el mercado "podría sentirse decepcionado", y además el impacto de unos tipos más altos durante más tiempo "podría frenar aún más la economía". Todo ello, destaca el gestor, en un contexto "completamente nuevo" de paso de la relajación cuantitativa al endurecimiento cuantitativo, que podría tener "implicaciones imprevisibles".

En la comparación entre las dos orillas del Atlántico, T. Rowe Price espera que la Reserva Federal sea la primera en intervenir sobre el precio del dinero porque se espera que la inflación caiga antes en EEUU que en otros lugares, lo que podría pesar sobre el dólar. Tácticamente, en este momento, T. Rowe Price infravalora el 'billete verde' frente a otras divisas y se muestra muy positivo respecto al yen.

3. La renta variable sufre la competencia de la renta fija

Por otro lado, Lustig comenta que, de cara a este año, en la gestora han reducido su 'sobreponderación' sobre la renta variable y han adoptado una postura 'neutral' ante la "elevada incertidumbre", que persiste.

El experto reconoce que "la volatilidad se ha reducido en los mercados de renta variable", aunque afirma que los inversores, tras el 'rally' de final de año, son "quizá demasiado optimistas sobre el futuro". T. Rowe Price cree, de hecho, que la renta variable, a corto plazo, sufrirá la competencia de la renta fija.

"Sobre todo de los bonos del Estado", como los BTP italianos, que tienen un gran descuento y rinden entre el 4% y el 4,5%. "Si las valoraciones se comprimen, sería el momento de aumentar la exposición a los mercados bursátiles en su lugar", afirma Lustig.

Desde la gestora afirman que "lo peor de la renta fija probablemente haya quedado atrás y, sin duda, es el momento de plantearse tomar posiciones en deuda pública". Pero también apuntan que la correlación entre la renta variable y la renta fija "es importante por el papel que desempeñan en las carteras".

"El BTP italiano, por ejemplo, no es ideal para diversificar el riesgo de renta variable porque los bonos del Estado italianos sufren como las bolsas cuando hay un momento de aversión al riesgo en el mercado", remarca Lustig. "Otros mercados gubernamentales, como los de Estados Unidos y Alemania, pueden tener una correlación negativa con las bolsas en momentos de estrés, cuando la diversificación es más importante".

4. Las bolsas europeas son menos atractivas, hay que centrarse en Tokio

En términos más generales, comenta Lustig, "sería un error que el inversor europeo no invirtiera a escala internacional, ya sea en renta fija o variable". De hecho, T. Rowe Price 'infrapondera' las bolsas europeas por varias razones: por un lado, la economía de la zona euro "ya está en recesión o a punto de entrar en ella", y el BCE se enfrenta a un "riesgo potencial de estanflación" ya que la presencia simultánea de países más débiles y más fuertes hace "más difícil un tipo adecuado para todos".

Por otra parte, "las valoraciones son poco atractivas", lo que hace más atractivos otros mercados como, por ejemplo, Estados Unidos y Japón. La gestora, de hecho, cree que en el 'país del sol naciente' habrá un cambio en la política monetaria que impulsará al yen, "pero es poco probable que tenga un impacto negativo a corto plazo en la Bolsa de Tokio", compuesta principalmente por empresas exportadoras.

En Wall Street las condiciones "son favorables" para las empresas de pequeña capitalización, que se han visto relegadas durante el último año y ahora presentan valoraciones atractivas, y para el estilo de crecimiento con gran capitalización frente al 'value'. "No queremos ir contra la tendencia en IA y los siete magníficos porque esperamos que sigan haciéndolo bien en 2024", señala Lustig.

Sobre China, T. Rowe Price no quiere adoptar una posición 'sobreponderada' porque el crecimiento tras la pandemia "ha sido decepcionante y persisten los problemas en el sector inmobiliario". Sin embargo, remarca que "la visión no es negativa si se amplía el horizonte al largo plazo". Su posicionamiento es actualmente 'neutral' con este mercado.

5. Oportunidades en 'high yield' global

Por último, desde la gestora explican que "Europa vuelve a ser una zona atractiva a la hora de invertir en crédito". T. Rowe Price está 'sobreponderando' las emisiones corporativas con grado de inversión del Viejo Continente y centrándose en las emisiones de 'high yield' global junto con la deuda pública de los mercados emergentes, tanto en divisas fuertes como locales.

"Si, como esperamos, no terminamos en una profunda recesión, no se espera que las tasas de impago aumenten significativamente, por lo que el alto rendimiento es una clase de activo muy atractivo que ofrece altos rendimientos con menor riesgo que los mercados de renta variable", detalla Lustig.

En cuanto a la renta fija, T. Rowe Price 'infrapondera' ligeramente la deuda pública, pero en general mantiene una duración neutral en relación con el índice de referencia porque espera que los rendimientos se mantengan en el rango de negociación en los próximos meses.

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