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Desde 2007, la renta variable europea ha tenido que hacer frente a unos vientos en contra (austeridad fiscal, falta de empresas disruptivas, exposición limitada a la tecnología y desapalancamiento bancario), que la han llevado a registrar rentabilidades inferiores a las de la renta variable estadounidense de manera continuada. Sin embargo, este comportamiento está a punto de registrar un cambio estructural.

"Aunque algunos segmentos del mercado siguen siendo susceptibles a una rentabilidad inferior temporal, creemos que la renta variable europea se encuentra mejor posicionada desde un punto de vista estructural que en los últimos años", afirma Nicolas Wylenzek, estratega macroeconómico en Wellington Management.

Desde la gestora creen que las perspectivas a largo plazo de Europa han mejorado significativamente debido a cinco factores importantes.

1. Más gasto fiscal

"Tras más de una década de austeridad, la Unión Europea (UE) está empleando el gasto fiscal coordinado como herramienta clave para abordar cuestiones críticas como la transición energética y la digitalización", explica el experto.

Entre las principales iniciativas hay que destacar el plan de recuperación NextGenerationEU financiado mediante la emisión de deuda común; la probable creación de un Fondo Europeo de Soberanía para apoyar a las industrias estratégicas; y la flexibilización de las normas fiscales que rigen la zona del euro.

2. Tipos impositivos

Unos tipos de interés estructuralmente más altos son, según Wellington Management, favorables para los mercados de renta variable europeos, dada la 'sobreponderación' de las posiciones value o de valor, que suelen ser más resistentes a los tipos más altos, y de las empresas tradicionales del "sector antiguo".

En el caso de los valores growth o de crecimiento, en particular las empresas disruptivas, tienen ciclos de flujo de caja y beneficios más prolongados y, por tanto, son más sensibles a la subida de los tipos.

"Europa tiene pocos disruptores, pero muchas empresas disruptivas que pueden hacer frente mejor a este nuevo entorno", aclara Wylenzek.

3. Mejora de la rentabilidad de los bancos

"Los tipos negativos comprimieron los márgenes netos de interés de los bancos, pero este sufrimiento ya está remitiendo. Con el tiempo, prevemos valoraciones más altas para los bancos europeos a medida que este segmento de mercado, que sigue siendo importante, empiece a reflejar su mejora de rentabilidad", estima el analista.

4. Exposición al próximo "superciclo"

Mientras que Europa se quedó en gran medida al margen durante el ciclo tecnológico, las empresas europeas están bien posicionadas para el nuevo ciclo de transición energética.

Además, en la gestora apuntan a que las empresas europeas implicadas en la transición energética pueden beneficiarse de un fuerte apoyo fiscal y reglamentario en Europa y Estados Unidos.

5. Valoraciones atractivas

"Aunque no esperamos que se cierre la brecha de valoración entre EEUU y Europa, los cuatro factores anteriores sugieren que podría reducirse significativamente. En comparación con EEUU, Europa parece inusualmente barata en relación con su nivel medio a 10 años", asevera el estratega.

RIESGOS A LARGO PLAZO

Con todo, la renta variable europea se enfrenta a una serie de riesgos que podrían dar al traste con esta trayectoria, a priori, más positiva.

La reestructuración de las cadenas de suministro, la deslocalización y la transición energética serán motores clave de la política industrial en la próxima década.

En este contexto, en el que los gobiernos de todo el mundo tratan de crear entornos favorables para empresas clave, como las de inteligencia artificial, la capacidad de Europa para competir se ve obstaculizada por los diferentes intereses nacionales y su complejo proceso de toma de decisiones.

"Aunque creemos que Europa acabará encontrando una estrategia coherente y eficaz, un fracaso podría acelerar la desindustrialización y debilitar la demanda interna", opinan en la gestora.

Un mayor deterioro de las relaciones entre EEUU y China también podría perjudicar gravemente la rentabilidad de las empresas europeas.

Otro factor de riesgo es la sostenibilidad de la deuda de cada uno de los países miembros de la eurozona, con Italia como posible desencadenante dado el deterioro de sus indicadores de deuda.

A pesar de que "la UE dispone ahora de las herramientas necesarias para hacer frente a esta amenaza fundamental, una fuerte ampliación de los diferenciales de la deuda soberana italiana seguiría teniendo un importante impacto negativo en los mercados de renta variable europeos", indica Wylenzek.

IMPLICACIONES PARA LA INVERSIÓN

A corto plazo, en Wellington Management consideran que es más difícil hacer una valoración constructiva de la renta variable europea en un contexto global.

De hecho, la exposición internacional de Europa y su elevado número de empresas cíclicas la hacen vulnerable a una posible ralentización en el crecimiento de EEUU o a una recuperación vacilante de China.

"A corto y medio plazo, creemos que es importante adoptar una postura más defensiva. Somos especialmente cautos con respecto a los cíclicos industriales y de consumo europeos, ya que parecen estar poniendo en precio una recuperación económica que resulta demasiado optimista", analiza el experto.

Por ello, y desde una perspectiva estructural, en la entidad observan tres áreas que pueden beneficiarse de las cinco tendencias clave anteriores.

Sectores regulados. Es probable que los servicios públicos y las telecomunicaciones desempeñen un papel central en la consecución de los objetivos estratégicos de la UE de independencia energética y digitalización acelerada, mientras que los bancos se beneficiarán de la esperada aceleración de la demanda interna y de unos tipos estructuralmente más altos.

Industriales selectivos expuestos a impulsos estructurales. Las firmas del sector industrial europeo parecen caras y vulnerables a una desaceleración mundial, pero "creemos que aquellos con una exposición significativa a la transición energética y la digitalización podrían salir ganando a largo plazo, dados los impulsos regulatorios y fiscales", sostienen desde la gestora.

Exposición doméstica a través de valores de pequeña capitalización. Los valores europeos de pequeña capitalización tienden a centrarse en el mercado doméstico -suelen obtener mejores resultados cuando el euro se fortalece- y, "aunque son cíclicos, las valoraciones actuales sugieren que cualquier desaceleración a corto plazo ya está descontada·, concluye Wylenzek.

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