le president chinois xi jinping au sommet de l organisation de cooperation de shanghai ocs a astana

China celebra estos días una cita clave, y no solo para el país. Se trata de la reunión del Tercer Pleno del Comité Central del Partido Comunista, que arrancó este lunes en Pekín y se extenderá hasta el jueves 18. ¿Por qué es este encuentro tan importante y por qué el mercado no debe perder de vista las decisiones que se tomen en el marco del mismo?

Diversos expertos han explicado cuál es el motivo por el que los inversores no deben dejar de mirar a China estos días. Y es que en esta reunión del Tercer Pleno, muy esperada tras haber sido retrasada, podrían tomarse decisiones económicas de calado.

Según los expertos de S&P Angel, los aproximadamente 200 altos dirigentes del Partido Comunista van a "debatir reformas económicas a largo plazo". En concreto, parece que se centrarán en el desarrollo de la fabricación avanzada, las revisiones del sistema fiscal, la crisis del mercado inmobiliario, las formas de impulsar el consumo interno y en cómo revitalizar el sector privado.

"Inicialmente estaba previsto que el Tercer Pleno se celebrara en otoño de 2023, pero sin explicación alguna se tomó la decisión de aplazarlo", recuerdan. De ahí la enorme expectación que suscita esta cita, que sin embargo parece haber quedado relegada a escala internacional después del atentado contra el candidato republicano a la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump, el fin de semana.

No obstante, los datos conocidos este lunes en el gigante asiático han vuelto a poner en el foco el encuentro, que se celebra dos veces al año para establecer las principales políticas económicas y políticas para los próximos años. Y es que la economía china no ha crecido al ritmo esperado. En concreto, en el segundo trimestre del año el Producto Interior Bruto (PIB) solo ha avanzado un 4,7%, quedándose muy lejos del 5,1% que proyectaba el consenso de analistas.

Pero en Julius Baer creen que el mercado "tiene pocas expectativas" con el Tercer Pleno. "Tradicionalmente es una cita en la que se deciden iniciativas económicas a largo plazo, por lo que es importante para los mercados financieros y la renta variable en particular", comenta Richard Tang, analista de investigación de renta variable en Asia del banco suizo.

Sin embargo, esta vez "se ha difundido muy poco en los medios de comunicación (públicos o sociales) y los inversores tienen en general pocas expectativas sobre el resultado", aunque recuerda que se ha hablado de dos posibilidades: que se acuerde una reforma energética y/o una reforma del impuesto sobre el consumo.

"La primera no ha influido hasta ahora en el sentimiento general del mercado, pero es un tema clave para los inversores en el sector de los servicios públicos", destaca este experto, que apunta que "queda por ver cómo afecta a los operadores energéticos y a la cadena de suministro conexa".

Y es que para estos últimos "se espera que los posibles cambios incluyan el desplazamiento del punto de imposición del extremo de producción al extremo minorista, el reparto de los ingresos fiscales entre el Gobierno central y los gobiernos locales, o incluso la ampliación del alcance de los bienes y servicios gravados".

"De anunciarse, esto podría tener un impacto negativo a corto plazo en la ya frágil confianza de los consumidores", comenta el estratega de Julius Baer, que añade, por otra parte, que "es muy probable que la debilidad económica a corto plazo se aborde en la reunión del Politburó de julio, prevista para finales de mes". Esa cita, cree Tang, "ofrecerá indicaciones más claras".

Otros analistas también creen que no es probable que se produzcan grandes movimientos esta semana, y señalan que parece que los miembros del Partido Comunista están dispuestos a aprobar el plan del presidente chino, Xi Jinping, para impulsar las fábricas chicas, mientras su gobierno busca superar la crisis inmobiliaria y poner la carga de la deuda de la nación sobre una base más sostenible.

Pero recuerdan que hay un riesgo real para las ambiciones manufactureras de China, y es precisamente la ola de aranceles más altos que han impuesto Estados Unidos y también la Unión Europea. Sobre todo en el campo del vehículo eléctrico. La situación es tan delicada después de que el gigante asiático se convirtiese en el mayor exportador de automóviles del mundo en 2023, que el país no ha dudado en acudir a la Organización Mundial de Comercio (OMC) para pedir la creación de un panel de expertos que elaboren un acuerdo de mínimos para solucionar las disputas comerciales abiertas en este sentido.

LAS REFORMAS ENCABEZAN LA AGENDA

Por su parte, desde BNY Mellon comentan, sobre la reunión del Tercer Pleno, que las reformas "encabezan la agenda" y que entre las decisiones que se adopten podrían estar "la revisión más significativa del sistema fiscal en tres décadas para tratar de redirigir los ingresos de Pekín a los gobiernos regionales con problemas de liquidez".

"La débil demanda interna y un sector inmobiliario en contracción podrían resultar desafiantes para el resto del año", dicen estos analistas, que creen que "el acto de equilibrio para China se basa en recuperar la demanda sin nuevo apalancamiento y sin reactivar el mercado inmobiliario, y al mismo tiempo impulsar la nueva agenda tecnológica y cumplir el objetivo de crecimiento del 5%".

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