El Banco Popular de China (PBoC, por sus siglas en inglés) ha mantenido este miércoles sin cambios los tipos de interés de referencia de los préstamos a un año y a cinco años en el 3,45% y el 4,2%, respectivamente. La decisión ha provocado caídas en la mayoría de mercados de la región Asia-Pacífico.
Cabe recordar que el PBoC recortó por última vez los tipos de los préstamos a un año en agosto, bajándolos del 3,55% al 3,45%, mientras que los de los préstamos a cinco años se recortaron por última vez en junio, del 4,3% al 4,2%.
El mercado, que espera con avidez la decisión de tipos de la Reserva Federal (Fed) de este miércoles, no ha recibido demasiado bien que no se hayan recortado los tipos en China.
De hecho, Stephen Innes, socio director de SPI Asset Management, comenta: "Para agravar el malestar regional, los líderes chinos han mantenido las tasas preferenciales de los préstamos a uno y cinco años, especialmente por su aversión al riesgo, dadas las preocupaciones inmobiliarias. Esta decisión sigue a la reciente decisión del banco central de mantener las tasas de política sin cambios mientras los funcionarios evalúan las consecuencias económicas de las medidas de estímulo existentes".
En su opinión, "no parece haber una solución política única a través del circuito de retroalimentación del mercado monetario, ya que la reducción de las tasas podría seguir impulsando salidas de capital a través de los canales cambiarios más débiles del yuan".
Incluso, destaca, si las autoridades chinas impulsasen recortes de tasas a gran escala, "probablemente resultarían insuficientes para contrarrestar los desafíos que enfrenta la economía china", como los crecientes niveles de deuda, las tensiones comerciales con EEUU o la crisis del mercado inmobiliario.
Y añade: "Podríamos estar acercándonos al punto en el que los operadores tiren la toalla ante las expectativas de un estímulo más significativo o una mejora sustancial del impulso económico".
Aunque la decisión del PBoC no ha sido la única referencia macro que se ha conocido este miércoles en la región. En Japón se ha conocido la balanza comercial de agosto. El déficit comercial cayó un 66,7%, situándose en 930.500 millones de yenes, frente al déficit de 2,79 billones de yenes de hace un año.
Sin embargo, el déficit comercial sigue siendo superior a los 659.100 millones de yenes previstos por el consenso. Además, tanto las importaciones como las exportaciones cayeron un 17,8% y un 0,8% interanual respectivamente, por debajo de las expectativas de una caída del 19,4% para las importaciones y del 1,7% para las exportaciones.
En Corea del Sur, el índice de precios a la producción subió un 1% interanual en agosto, lo que supone la primera subida de la tasa de inflación al por mayor desde julio de 2022. Este aumento es superior al 0,3% interanual registrado en julio mientras que en términos intermensuales, el IPP subió un 0,9% en agosto, frente al 0,2% del mes anterior.
En Japón, el Nikkei 225 ha bajado un 0,66% y ha cerrado en 33.023,78 puntos, mientras que el Topix ha perdido un 1%, sumando su tercer día de pérdidas. Por su parte, en Australia, el S&P/ASX 200 se ha dejado un 0,46% hasta los 7.163,3 enteros, mientras que el Kospi surcoreano ha terminado plano, en los 2.559,77 puntos. El Kosdaq ha bajado un 0,13% y ha terminado en 882,72 enteros.
El índice Hang Seng de Hong Kong se ha desplomado un 0,36%, y los mercados de China continental también se han situado en terreno negativo, con el CSI 300 cayendo un 0,15%.