ep un hombre con mascarilla en pekin
Un hombre con mascarilla en PekínLi Yue/SIPA Asia via ZUMA Wire/d / DPA

China ha vuelto a convertirse en protagonista, muy a su pesar, en este final de año y arrancará 2023 en el foco de los mercados por el Covid. La reapertura que ya ha puesto en marcha a escala nacional ha provocado un auténtico boom de contagios (a un ritmo de unos 40 millones de nuevos infectados cada día), y el fin de las cuarentenas a partir de enero para los viajeros internaciones podría agravar el problema. Con los hospitales colapsados y la amenaza de una nueva variante que pueda surgir de esta ola y propagarse por el mundo encima de la mesa, el gigante asiático afronta el nuevo año de la peor forma posible.

La situación que atraviesa el gigante asiático es tan delicada que diversos países han decidido volver a instaurar medidas anti-Covid para los viajeros procedentes de China. EEUU, Italia, Japón, India, Taiwán o Corea del Sur son algunos de los que ya han empezado a exigir pruebas negativas antes de volar. Y España se ha sumado también a la lista, al anunciar que pedirá la pauta de vacunación o un test negativo a todo aquel que llegue procedente del gigante asiático. Reino Unido y Francia han dicho que de momento no tienen planes de sumarse a estas medidas, pero es algo que según los expertos no se puede descartar dado el creciente número de contagios en China.

"Esto se produce en un momento en el que China lucha simultáneamente contra un aumento de las infecciones por coronavirus e intenta desmantelar su política 'cero Covid'", que ha mantenido desde el inicio de la pandemia, apunta Victoria Scholar, responsable de inversiones de Interactive Investor. "También está lidiando con las bajas tasas de vacunación, especialmente entre los ancianos, y la falta de datos oficiales disponibles para medir la gravedad de los brotes", añade.

Precisamente este tema, el de la falta de datos, es lo que más preocupa al resto del mundo, y lo que ha provocado que se impongan medidas para exigir test negativos a los pasajeros procedentes de China. No solo de la cifra real de contagiados, sino también del seguimiento que se está haciendo de cualquier evolución del virus que pueda provocar una nueva cepa que desencadene nuevos brotes en otros lugares.

"El tsunami del Covid en China también está causando un alto grado de consternación ante la perspectiva de que se identifique una nueva cepa, lo que resulta especialmente preocupante", comenta por su parte Stephen Innes, socio director de SPI Asset Management, que afirma que "con 40 millones de infecciones diarias en China y poca o ninguna visibilidad del estado del brote en el país, las autoridades sanitarias de otros países temen un aumento de los casos relacionados con los viajeros chinos, que ahora pueden volar por todo el mundo".

Como señala, "se suponía que la gran reapertura de China después de tres años de aislamiento impuesto por el Gobierno iba a ser una bendición para la economía mundial, ayudando a eludir una profunda recesión y rescatando el sentimiento de riesgo después de un año cruel para una serie de activos financieros". Sin embargo, comenta Innes, "el abandono por motivos económicos de los estrictos protocolos de contención del virus por parte de Xi Jinping está provocando de nuevo en los mercados un dolor de cabeza por la inflación y una sensación de 'deja vu', golpeando de lleno a los cansados inversores".

Cada nueva infección que se produce ofrece una oportunidad para que el coronavirus mute, y no se puede obviar que el brote se está extendiendo rápidamente en China. Lo cierto es que no se sabe si esta ola provocará una nueva cepa del virus, pero este es un asunto que cada vez preocupa más a la comunidad científica.

Pese a todo, las autoridades sanitarias chinas insisten en que el brote actual se debe a variantes de Ómicron y que se ha establecido un sistema de vigilancia en todo el país para identificar cualquier nueva versión del virus potencialmente preocupante. De hecho Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del Centro de Control de Enfermedades de China, dijo este jueves que China siempre ha informado puntualmente de las cepas del virus que ha encontrado. "No mantenemos nada en secreto", apuntó, e insistió en que "todo el trabajo se comparte con el mundo".

Sin embargo, la desconfianza es latente, y el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ya ha dicho que el organismo necesita más información sobre la gravedad del brote en China, sobre todo en lo referente a ingresos hospitalarios y en las UCI, "con el fin de hacer una evaluación exhaustiva del riesgo de la situación sobre el terreno".

"ENORME INCERTIDUMBRE"

Sea como sea, las noticias que llegan desde China preocupan, y mucho, a los inversores. Como dice Craig Erlam, analista senior de mercados de Oanda, el país ha dado un "giro de 180 grados en la prevención de Covid". "Se ha pasado de luchar contra todos los casos a convivir con el virus, lo que crea una enorme incertidumbre para el inicio del año, ya que el número de casos aumenta y el sistema sanitario se ve desbordado".

Como apunta este experto de forma irónica, "la forma en que responderán los dirigentes está tan clara como los propios datos, por lo que los inversores tendrán que aprender sobre la marcha con los pocos datos y pruebas anecdóticas de que disponemos", y esto, insiste, "plantea retos a escala nacional y, con toda probabilidad, también a escala mundial".

Por su parte, desde Link Securities destacan que el proceso de reapertura de China "está siendo más complicado de lo esperado" y, a medio plazo, "puede tener efectos no deseados, especialmente en la inflación". Así, en la firma defienden que a corto plazo el "fuerte incremento" de casos de Covid-19 que está experimentando el país a consecuencia de la reapertura "puede impactar negativamente en el crecimiento económico de China y volver a tensionar las cadenas de suministro globales", pero a medio/largo plazo creen que este proceso "puede ser beneficioso para el crecimiento económico mundial una vez que se recupere la demanda en el país asiático".

No obstante, remarcan que "la recuperación de la demanda puede tener efectos no deseados en los precios de muchas materias primas y en el del petróleo, que pueden volver a subir con fuerza y, por tanto, complicar la lucha contra la inflación que mantienen actualmente los bancos centrales".

Un asunto que también aborda Ipek Ozkardeskaya, analista senior en Swissquote Bank. "La buena noticia de la reapertura de China es que debería impulsar el crecimiento mundial. La mala noticia es que no solo impulsará el crecimiento, sino también los precios de la energía y las materias primas", explica la experta, lo que en su opinión alimentará la espiral de inflación y subidas de tipos de los bancos centrales.

Y a esto se suma, en el lado negativo, el aumento de casos de Covid, lo que según Ozkardeskaya "podría dar lugar a una nueva y peligrosa variante del virus que, a su vez, volvería a poner sobre la mesa las medidas restrictivas y golpearía el crecimiento", concluye.

Noticias relacionadas

contador