El sector bancario español se mantiene bajo presión ante el temor de que el impuesto a la banca se convierta en permanente. A ello hay que añadirle el aumento de las expectativas a un adelanto de los plazos estimados para el inicio de los recortes de tipos.
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Los bancos lideraron las pérdidas en el Ibex 35 en la sesión del jueves tras las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que abría la puerta a revisar el gravamen sobre las energéticas, pero que sin hacer referencia alguna sobre los bancos.
Este viernes, el sector extendía la corrección y comenzaba la jornada con acusadas caídas, hasta que el dato de empleo de EEUU ha provocado un rebote en la cotización de la mayoría de las entidades. Entre las que han cerrado descensos, han estado CaixaBank (-0,66%) y Banco Sabadell (-0,44%).
"En la bolsa española los descensos de los valores de este sector se amplificaron tras conocerse la intención del Gobierno de revisar el impuesto extraordinario a las energéticas, mientras todo parece indicar que tiene la intención de mantener el de los bancos", afirman desde Link Securities.
El acuerdo entre PSOE y Sumar para formar Gobierno recoge la prórroga del gravamen extraordinario para empresas energéticas y la banca, con vigencia para este año y el siguiente.
Sin embargo, mientras que el impuesto a grandes energéticas va a ser rediseñado, sobre el de la banca no se ha avanzado que va a suceder, puesto que, en principio, el gravamen se mantenía hasta 2023.
El impuesto temporal a la banca fue anunciado en 2022 por el Ejecutivo de Sánchez como consecuencia, según sus palabras, de que "las grandes entidades financieras ya han empezado a beneficiarse de la subida del tipo de interés". Ahora, grava al 4,8% los intereses y comisiones de todas las entidades que facturen más de 800 millones en 2019 y se circunscribe a la actividad que las entidades desarrollen en España, y con el que espera recaudar 1.500 millones de euros anuales.