CaixaBank ha avisado al mercado de que una lenta resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania puede transmitirse en una inflación elevada y persistente que puede tener impacto sobre las decisiones de los bancos centrales y el crecimiento europeo. Así lo señala en su informe con relevancia prudencial, remitido este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con el que da cumplimiento a los requerimientos de información y transparencia al mercado según el Reglamento UE 575/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo.
El informe con relevancia prudencial, que fue aprobado por el consejo de administración de CaixaBank en su sesión de 24 de marzo de 2022, contiene datos referidos a 31 de diciembre de 2021, pero hace referencia a un hecho posterior relevante como es la escalada de la tensión entre Rusia y Ucrania en las primeras semanas de 2022, "desencadenado un conflicto bélico, con el contundente rechazo de los países occidentales".
CaixaBank señala que este evento condiciona el entorno del grupo, "en la medida en que una lenta resolución del conflicto se transmita, vía escalada de precios de las materias primas, en una inflación elevada y persistente, con su lógico impacto sobre las decisiones de los bancos centrales y el crecimiento europeo".
La entidad no entra a valorar las posibles consecuencias de este riesgo, sino que indica que las próximas semanas "serán clave parar determinar en qué escenario se va a desarrollar este evento y su efecto en la materialidad de los diferentes riesgos".
Según sostiene en su informe, el Grupo CaixaBank mantiene un perfil de riesgo medio-bajo, con niveles de solvencia, apalancamiento y liquidez acordes con el modelo de negocio y el apetito al riesgo definidos por su consejo de administración.
CAIXABANK RESEARCH APUNTA AL POTENCIAL DISRUPTIVO DEL CONFLICTO
Por otro lado, CaixaBank Research, el Servicio de Estudios de CaixaBank, ha publicado recientemente el informe mensual de marzo de 2022, en el que hace un análisis de la evolución de los mercados financieros y de la coyuntura macroeconómica.
El informe correspondiente a marzo incluye un artículo del director de Economías y Mercados Internacionales de CaixaBank Research, José Ramón Díez, que apunta que, si bien las consecuencias de la invasión de Ucrania son todavía difíciles de anticipar, "podrían cambiar algunas de las tendencias de fondo que han definido el comportamiento de la economía mundial en las últimas décadas".
Así, el experto explica que la búsqueda de una mayor autonomía estratégica, especialmente en Europa, conllevará la reformulación de la acción exterior y de las políticas energéticas, de defensa o de competencia, lo que se trasladará al marco económico. "Tras décadas en las que el proceso de globalización ha avanzado por una autopista, prácticamente sin obstáculos, (...) ahora también puede empezar a reflejar ciertos síntomas de desgaste", ha avisado.
Según Díez, la escalada del precio de las materias primas supondrá una nueva perturbación de oferta que afectará negativamente a la combinación de crecimiento e inflación en los próximos trimestres, al tiempo que el aumento de la incertidumbre frenará, previsiblemente, las decisiones de consumo e inversión de los agentes en las próximas semanas.
"Finalmente, el canal financiero podría amplificar los efectos anteriores pues, aunque la exposición de la banca internacional a Rusia es reducida, el incipiente movimiento de huida hacia la calidad de los inversores puede en algún momento provocar tensiones de liquidez en determinados segmentos de mercado", reconoce el experto.
De esta manera, el aumento del riesgo geopolítico tendrá repercusiones económicas, financieras y sociales que implicarán "una profunda revisión de las previsiones de crecimiento (a la baja) e inflación (al alza)", con efectos que serán asimétricos, con una mayor incidencia sobre la economía europea y los países emergentes dependientes de materias primas y con problemas de liquidez, recoge el informe de CaixaBank Research.
En cualquier caso, Díez cree que el riesgo de estanflación "parece moderado", especialmente si las respuestas de política económica "son acertadas, acomodando el choque de oferta para suavizar efectos en familias y empresas pero intentando evitar efectos de segunda ronda en precios".
"Todo ello tendrá un coste fiscal que, probablemente, implicará una nueva suspensión del Pacto de Estabilidad y Crecimiento en 2023, mientras que el BCE no se precipitará en su camino hacia la normalización monetaria hasta que no tenga más visibilidad en medio de la niebla que siempre provoca una guerra. De momento, la parte positiva es que Europa ha vuelto a responder con unanimidad y decisión a un enorme desafío por segunda vez en poco más de dos años", valora el director de Economías y Mercados Internacionales de CaixaBank Research.