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Las firmas tecnológicas han capitalizado casi en exclusiva las subidas bursátiles del último año y medio en Estados Unidos, aunque esta tendencia puede llegar pronto a su fin, y los analistas de Bank of America (BofA) anticipan "un auge de las inversiones en sectores tradicionales en EEUU" debido a "la deslocalización, la política industrial y la histórica infrainversión en infraestructuras".

"El Covid, la geopolítica y las guerras comerciales han hecho que los argumentos a favor de la localización de las cadenas de suministro sean más sólidos que nunca. Además de eso, la política industrial a través de la Ley CHIPS, IIJA e IRA, así como la histórica falta de inversión en infraestructura, apuntan a un auge del gasto de capital de la 'vieja escuela' en EEUU", aseguran.

En este sentido, realzan el potencial de las bajas valoraciones de estas firmas más tradicionales, ya que "los beneficiarios más directos de un ciclo de inversión en manufactura/infraestructura generalmente cotizan con un descuento frente al S&P 500, incluso más que en el pico anterior a la gran crisis financiera de 2007".

Además, creen que estos sectores pueden generar beneficios más inmediatos que el tecnológico, con su apuesta por la inteligencia artificial (IA), donde "la monetización puede tardar años, y la red, la infraestructura y la capacidad de fabricación representan un cuello de botella".

"Esperamos que la relocalización y la inversión en infraestructura en curso sean un viento de cola de varios años para las economías cíclicas de la vieja escuela. Dentro del sector industrial, los conglomerados industriales aparecen como una 'oportunidad' en nuestro marco táctico cuantitativo, mientras que los equipos eléctricos aparecen como una 'trampa de valor'", detallan.

OPORTUNIDADES EN INFRAESTRUCTURAS

Uno de los sectores que atraerá más inversiones según las previsiones de BofA es el de las infraestructuras, ya que consideran que "la inversión insuficiente en infraestructura estadounidense ha durado más de una década", en la que "la capacidad de fabricación se redujo cerca del 1% anual de 2008 a 2022".

"La edad promedio de la estructura privada no residencial es ahora mayor que en casi 70 años. En su último informe de calificaciones, la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles le dio a la infraestructura estadounidense una C-, citando carreteras, puentes, aeropuertos, presas y sistemas de agua en malas condiciones", concretan.

Además, "el creciente número de muertes relacionadas con el deterioro de la infraestructura demuestra que el retorno de la inversión en el gasto en renovación es inestimable".

EL SECTOR MANUFACTURERO

Las manufacturas también se presentan como potenciales beneficiarias del auge inversor en sectores tradicionales, ya que "la actividad manufacturera estadounidense se ha acelerado desde 2018, lo que ha afectado a la infraestructura obsoleta".

"El corredor Canadá-Estados Unidos-México está más transitado: México ha superado a China como el mayor proveedor de bienes de Estados Unidos por primera vez en más de 20 años. Casi 2 millones de empleos manufactureros de relocalización/inversión extranjera directa se han trasladado a suelo estadounidense desde 2010, y el gasto en construcción en EEUU aumentó más del 50% interanual en 2023", señalan.

EL EFECTO DE LAS ELECCIONES

En la firma también valoran el impacto de las elecciones presidenciales que EEUU celebrará en noviembre, en las que Donald Trump parte como favorito, lo que podría suponer un recorte al gasto público que propició el "impulso de la inversión manufacturera en 2023", aunque estiman que "los programas ecológicos serían mayores víctimas de los recortes que el sector manufacturero".

"Observamos que el estímulo fiscal estimado es relativamente pequeño en comparación con el gasto de capital general del S&P 500. Incluso si asumimos de manera conservadora un crecimiento de tendencia histórica del 5% anual, se prevé que el gasto de capital del S&P 500 represente unas 10 veces el estímulo fiscal hasta 2031. En nuestra opinión, los vientos de cola estructurales superan las posibles reversiones del estímulo fiscal", destacan.

De esta manera, los analistas de BofA se muestran "optimistas" sobre las posibilidades de los sectores tradicionales "incluso con un impulso fiscal que se desvanece y un potencial de recuperación postelectoral".

Además, consideran que el proceso de relocalización tendrá continuidad en el tiempo, para lo que argumentan que, "además del desplazamiento de la actividad económica de China a América del Norte y los empleos regresados ​​a EEUU", los analistas identifican "más de 400.000 millones de dólares en megaproyectos planificados o en marcha en América del Norte".

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