des membres de la bce souhaitent debattre d une hausse de taux de 75 points de base en septembre

El Banco Central Europeo (BCE) no deja de repetir que seguirá subiendo los tipos de interés todo lo que sea necesario para contener la inflación, que sigue desbocada. Las teorías 'hawkish' han calado hondo en el seno del organismo que dirige Christine Lagarde, por lo que muchos expertos ya han avisado de que puede pasarse de frenada si va demasiado lejos al endurecer su política monetaria. Y es que la recesión ya planea sobre la Eurozona. De hecho, algunos son claros y apunta que aunque el BCE "necesita actuar" para atajar la subida de los precios, los 'halcones' "exageran sus argumentos".

Así se han pronunciado los analistas de Berenberg en un reciente informe, en el que destacan que aunque "el BCE necesita actuar, y que se le vea actuar, para frenar las expectativas de inflación y evitar que el choque puntual de los precios de la energía se convierta en un problema de inflación duradero", lo cierto es que los defensores del endurecimiento monetario "parecen exagerar sus argumentos en dos aspectos".

En concreto, en la firma alemana aseguran que los 'halcones' "subestiman tanto la gravedad de la desaceleración de la zona euro como el probable impacto desinflacionista de la recesión".

"Se avecina una grave recesión", apuntan estos analistas, que avisan de que esta "no es la primera vez que los modelos del BCE parecen arrojar resultados sobre el PIB real y la inflación que no concuerdan con los indicadores prospectivos". De hecho, remarcan que en sus proyecciones de septiembre el banco central presentó un escenario de referencia con un estancamiento del PIB real en el cuarto trimestre de 2022 y el primero de 2023, "en lugar de una caída de la actividad", que es lo que Berenberg cree que debería haber aparecido.

En consecuencia, destaca la firma alemana, la previsión del BCE de un crecimiento del 0,9% del PIB real en 2023 "está muy por encima de nuestra previsión de una caída del 1,3%". Sus proyecciones son bajas, y lo justifican de la siguiente manera: "El shock de los precios de la energía aprieta la renta real disponible de los consumidores, y la amenaza de un invierno sombrío podría incluso inducirles a aumentar su ahorro por precaución. En nuestra opinión, una grave recesión parece casi inevitable".

Además, desde Berenberg apuntan que aunque a algunos 'halcones' del BCE "les preocupa que una recesión económica no sirva para reducir las presiones inflacionistas", y por eso defienden, como ha hecho la miembro del Comité Ejecutivo Isabel Schnabel, que hay que seguir con un enfoque de "control robusto" de la política monetaria, lo que sugiere que el BCE podría necesitar subir los tipos más allá del nivel neutral, hasta un nivel que restrinja aún más la demanda, lo cierto es que "casi todos los datos prospectivos indican que el daño a la demanda será probablemente mucho peor que el golpe a la oferta".

Y es que los consumidores "están ahora más desanimados que durante lo peor de la pandemia del Covid-19, e incluso que durante la crisis posterior a la de Lehman y la del euro". "Las empresas configuran la oferta más de lo que contribuyen a la demanda", y según la encuesta de directores de compras de S&P, el descenso, todavía algo modesto, de la confianza de las empresas se debe en gran medida a la fuerte caída de la entrada de nuevos pedidos (demanda)", remarcan los analistas de la firma alemana, que creen que "la relajación de las presiones inflacionistas debería mitigar el daño a la oferta derivado de los altos costes de la energía".

Berenberg cree que, al final, "la recesión reducirá la inflación". "Siguen existiendo algunas presiones de costes, sobre todo de los precios del gas y la electricidad", y "es probable que la inflación de la zona euro siga aumentando a corto plazo". Pero estos expertos consideran que a lo largo del próximo año "la recesión reducirá considerablemente las presiones inflacionistas subyacentes", y por eso se muestran contundente: "No vemos la necesidad de que el BCE aumente el inevitable dolor de los hogares y las empresas y agrave las tensiones sociales subiendo los tipos muy por encima de los neutrales".

Asegura la firma alemana que "la profundidad de la recesión se hará evidente en los próximos meses", pero cree que el banco central seguirá con la subida de tipos. Su previsión es que los eleve en 75 puntos básicos en octubre, en 50 puntos básicos en diciembre y solo en 25 puntos básicos a principios de 2023, "antes de hacer una pausa al menos durante el resto de 2023".

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