Los expertos de Bank of America (BofA) siguen siendo bajistas con Europa. Su escenario base para el Viejo Continente continúa marcado por un fuerte debilitamiento del crecimiento, lo que se traduce en un aumento de las primas de riesgo y un descenso de las expectativas de ganancias, "con el impacto en las acciones solo parcialmente compensado por una disminución en los rendimientos reales de los bonos". Por ello, estiman una caída del 20% para el Stoxx 600 de cara al tercer trimestre del año.
En la entidad también destacan que, de acuerdo con su proyecciones macro, prevén un rendimiento inferior al 15% para las acciones cíclicas frente a las defensivas y un rendimiento por debajo del 10% para las acciones de valor frente a las de crecimiento.
A pesar de que la renta variable europea ha subido más de un 20% desde que en octubre tocase mínimos, los analistas de BofA consideran que esto se ha producido gracias a un entorno macroeconómico favorable, impulsado por la reapertura económica de China y el crecimiento del PIB de Estados Unidos.
Asimismo, se ha visto beneficiada por el inicio del proceso de "desinflación" en EEUU que ha llevado a la Reserva Federal (Fed) a pisar el freno en su endurecimiento monetario y acometer un alza de los tipos de interés de 25 puntos básicos, hasta el 4,50%-4,75%, en su última reunión de febrero.
"Esto se traduce en un apoyo a las acciones derivado de los rendimientos reales más bajos de los bonos y en la reducción de los temores de una desaceleración del crecimiento inducida por la política monetaria", afirman desde la entidad.
No obstante, tanto el presidente de la Fed, Jerome Powell, como otros funcionarios del banco central, han reiterado que las tasas van a seguir subiendo y por más tiempo de lo que algunos esperan hasta alcanzar un nivel "lo suficientemente restrictivo".
DOS OSOS DESAFÍAN AL MERCADO
Este entorno positivo, sin embargo, se ve "desafiado" por dos osos, según Bank of America. Uno de ellos es "más bajista" y espera que la inflación pegajosa obligue a un mayor ajuste monetario.
El otro, "el del aterrizaje forzoso", teme que el endurecimiento que ya han llevado a cabo los bancos centrales aún no se esté sintiendo en el crecimiento, pero que termine afectando a la economía "con el retraso habitual".
Ante estos dos escenarios, desde BofA se inclinan por el "campamento de osos de aterrizaje forzoso". "Nuestro análisis sugiere que el ciclo crediticio, impulsado por la política monetaria, es el estímulo más importante del macrociclo y que el endurecimiento monetario generalmente afecta al crecimiento con un retraso de diez meses", por lo que la economía está a punto de registrar un 'viento en contra' significativo.
En cuanto al reciente repunte del crecimiento, los expertos indican que se ha producido gracias al 'empujón' que han dado las empresas al reducir su cartera de pedidos por la pandemia, algo que está a punto de desvanecerse.
En este sentido, esperan que el debilitamiento del crecimiento aumente las primas de riesgo y pese sobre las ganancias por acción, "lo que generará una caída del 20% en la renta variable europea".
Mientras tanto, afirman que están "menos preocupados por el riesgo de una inflación rígida, dado que el estrés de la cadena de suministro, el impulsor más confiable de la inflación, se encuentra en niveles consistentes con una inflación a la baja, no al alza".