El Comité de Política Monetaria del Banco Central de Brasil ha acometido este miércoles la mayor alza en la tasa de interés de referencia de ese país -la tasa selic- en las últimas dos décadas, con un aumento de 150 puntos básicos hasta el 7,75%, el nivel más alto desde septiembre de 2017.
El banco brasileño se ha convertido en uno de los que más ha subido tasas en lo que va de año -en 575 puntos básicos desde marzo del 2021-, mientras los mayores bancos centrales del mundo se disponen a endurecer sus políticas monetarias a medida que se produce una subida de la inflación en todo el mundo.
La institución del gigante sudamericano ha explicado en un comunicado que la decisión responde, entre otras, a que “el entorno externo se ha tornado menos favorable y la reacción de los bancos centrales ante la mayor persistencia de la inflación debería conducir a un escenario más desafiante para las economías emergentes”.
Con todo, el movimiento "no ha sido del todo una sorpresa, pero la orientación a futuro, teniendo en cuenta que se avecina otro movimiento similar en diciembre, fue de hecho más agresiva de lo previsto", comentan los expertos de Oxford Economics. Atribuyen estos economistas la decisión a las ventas en el mercado de bonos, causadas por la voluntad del presidente del país, Jair Bolsonaro de doblar la ley de límite de gasto para impulsar el gasto fiscal de cara a su candidatura a la reelección en octubre de 2022.
El banco central ha adelantado que para la próxima reunión prevé otro ajuste de la misma magnitud, con la intención de que la inflación converja hacia su meta del 3,75%, con un punto y medio de tolerancia al alza (5,25%) y a la baja (2,25%).
El organismo ha señalado que los avances de los precios, impulsados por los componentes más volátiles, están superando las expectativas. No obstante, también hay presiones adicionales sobre productos y servicios asociados a la inflación subyacente. "Las distintas medidas de inflación subyacente se encuentran por encima del rango compatible con el logro de la meta de inflación", ha apostillado el comunicado del banco.
La inflación registró en septiembre un incremento del 1,16% con respecto al mes anterior, lo que supone la mayor variación para este mes desde 1994, mientras que en términos interanuales, el aumento de precios fue del 10,25%, frente al 9,68% observado en agosto.
“Se considera que, dado el deterioro en el balance de riesgos y el incremento en sus proyecciones, este ritmo de ajuste es el más adecuado para asegurar la convergencia de la inflación a las metas en el horizonte relevante”, agregaron los tomadores de decisiones.
Las proyecciones de inflación del Comité apuntan a un nivel del 9,5% para 2021, un 4,1% en 2022 y un 3,1% para 2023. Este escenario asume una trayectoria de tipos de interés que se eleva al 8,75% este año, al 9,75% interanual durante 2022 y del 7% interanual en 2023.
Por otra parte, el organismo ha destacado que el entorno del escenario exterior se ha vuelto "menos favorable" por las presiones inflacionarias, llevando a los responsables de política monetaria de diferentes países a adoptar respuestas para frenar el aumento de precios, un escenario que se torna "más desafiante" en economías emergentes.
En cuanto a la actividad económica brasileña, los indicadores publicados desde la última reunión muestran una evolución ligeramente por debajo de las expectativas.