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Deuda.JUNTA DE ANDALUCÍA - Archivo

2020 nunca ha pasado. Lo están empezando a decir los bancos de inversión. Lo están contemplando en la refinanciación de compañías como el coloso hotelero Marriott y la productora de eventos musicales, Live Nation, donde los resultados de 2020 no se van a tener en cuenta para ejecutar sus préstamos u obligarles a poner más garantías. Y esto puede ser un aperitivo de lo que está por venir en el resto de refinanciaciones a escala global.

Las empresas necesitan pedir nuevos préstamos para sobrevivir a la pandemia. Pero no pueden asegurar que vayan a devolver el dinero con las condiciones actuales ante la incertidumbre sobre la profundidad de la crisis y la velocidad de la recuperación.

Y los bancos, desde JP Morgan a Wells Fargo en el caso estadounidense, tienen que apretar los dientes y asentir. De no hacerlo, corren el riesgo de desatar una ola de impagos que no solo empeoraría sus pérdidas sino que acabaría comiéndose su capital.

Ahí es donde entran los ‘covenants’ (o requisitos). Son indicadores usados por los bancos para asegurarse de que los prestatarios se portan bien, cumplen una prudente disciplina financiera y pueden pagar su deuda. Un ejemplo de covenant es que no exceda un nivel máximo de deuda sobre Ebitda, o que alcance un beneficio mínimo, o que la cotización no baje de determinado nivel. Si alguno de estos requisitos se incumple, el banco puede reclamar la devolución inmediata del préstamo, la ejecución de las garantías o la constitución de garantías adicionales.

El caso de Live Nation es especialmente llamativo. Su covenant le obliga a alcanzar un Ebitda (beneficio antes de intereses, amortizaciones e impuestos) que equivalga, al menos, a una parte de su deuda neta. Hasta que llegó el coronavirus. A partir de ahora, cuando Live Nation calcule sus ganancias para 2020 de cara a cumplir esa exigencia, no se tomarán en cuenta el segundo y tercer trimestres de 2020. En su lugar, los reemplazará con los de 2019. Lo dicho: 2020 nunca ha ocurrido.

“Los bancos están pidiendo a las empresas que olviden 2020”, reconoce Valerie Potenza, experta de Xtract Research. “Si los acreedores no renuncian a los covenants, habrá incumplimientos; y no solo en un caso, sino en múltiples casos a lo largo de muchas industrias”, alerta.

LA LETRA PEQUEÑA DE LOS BANCOS

Si en algunos casos está empezando a relajar sus exigencias a las compañías prestataria, a cambio les piden unos mayores intereses o se embolsan comisiones adicionales de algún tipo.

Si los bancos exigen a sus prestatarios que les devuelvan el dinero, no todos ellos podrán hacerlo. Entonces la banca se ve obligada a reconocer, aquí y ahora, muchas pérdidas. En su lugar está optando por alargar el plazo (la famosa "patada a seguir"). Pretender que 2020 no ha pasado y esperar que 2021 suponga la recuperación de muchos negocios que sí podrán hacerse cargo de su deuda. Y mientras tanto, les cobran comisiones adicionales.

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