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El coronavirus ha sido el principal tema de actualidad de este 2021.

2021 podría definirse como ‘el año de la marmota’. Tras un 2020 del frenazo mundial y el inicio de la recuperación, el actual debía asentar los cimientos de ésta, con cifras macroeconómicas que invitaran a ello. Aunque es así en muchos de los casos, los miedos por la pandemia han puesto en peligro el ritmo de crecimiento de algunos países.

ENERO

Enero de 2021 llegaba con varias sorpresas. En España, una gran nevada colapsaba gran parte del territorio, impidiendo los desplazamientos entre ciudades, el transporte de mercancías e, incluso, el traslado a los hospitales de los enfermos. Esta noticia fue portada durante varios días y disparó la factura eléctrica.

Las bolsas se congelaron momentáneamente debido a los daños provocados por esta borrasca. De hecho, el Ibex lo llegó a notar algunas sesiones.

Días antes, en el Capitolio de Estados Unidos se producía un asalto por parte de los seguidores de Donald Trump, que pretendían interrumpir la sesión de investidura de Joe Biden. Ese suceso se saldó con cuatro muertos.

Wall Street no se vio contagiado por esta alteración política. De hecho, los mercados estuvieron calmados pese a las impactantes imágenes que se veían desde Washington.

Sin embargo, la noticia principal fue la vacunación. En España, el Gobierno anunciaba que iba a contar con 140 millones de dosis, lo que garantizaba vacunas para todos. Mientras, en Estados Unidos, los problemas por los retrasos en la distribución de las inyecciones eran una de las principales preocupaciones para la Reserva Federal (Fed), junto con un ‘tapering’ temprano.

FEBRERO

Mientras las semanas del corto mes de febrero pasaban entre anuncios de mayores compras de dosis de Pfizer en España, al otro lado del Atlántico se creaba casi el doble de empleos de lo esperado. En la economía, los precios seguían creciendo al ritmo esperado y acelerando poco a poco sus alzas.

La inflación era un tema a revisar en gran parte de las economías del mundo. En la eurozona, subió un 0,2% en tasa mensual y un 0,9% en tasa interanual.

MARZO

Con la vacunación avanzando lentamente, seguían apareciendo farmacéuticas que sacaban sus propias vacunas para luchar contra el Covid. Es el caso de Johnson & Johnson, que conseguía la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) el 1 de marzo.

En esos días, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) empezaba el estudio de la vacuna rusa, Sputnik V. El objetivo era comprobar el cumplimiento de las normas de seguridad y calidad para su administración en la Unión Europea.

Pero, sin duda, la noticia del mes fue la obstrucción del Canal de Suez después de que el carguero Ever Given se encallara, cruzado en perpendicular. Por esta vía circula el 10% del comercio mundial. En un mercado ya tocado por la crisis de la cadena de suministro, este suceso dio la puntilla. Los retrasos en las entregas provocaron, según los primeros cálculos, un impacto de entre 6.000 y 10.000 millones de dólares semanales. El resultado directo de ello fue la mayor escasez de chips, que provocó el cierre de fábricas de automóviles, con planes temporales de suspensión del empleo.

ABRIL

En abril, mientras dirigentes monetarios como Jerome Powell, presidente de la Fed, sostenían que las ‘criptos’ son vehículos de especulación y que no han alcanzado el estatus de moneda de pago, el bitcoin alcanzaba sus máximos históricos impulsado por la salida a bolsa de Coinbase, la mayor plataforma de intercambio de monedas criptográficas en EEUU.

El debut de esta compañía, muy esperado por parte del mercado, fue directamente en el Nasdaq, algo insólito. De esta forma, la madre de todas las criptomonedas fue superando todos sus techos, mientras los analistas preveían que podía llegar a los 100.000 dólares, un objetivo que todavía no ha cumplido.

MAYO

Mientras el año avanzaba, los problemas vinculados con la crisis del coronavirus seguían surgiendo. La cadena de suministro, ya mermada, suponía un problema para los funcionarios de la Fed. De hecho, sostenían que la falta y el retraso de ciertos componentes podía impulsar la inflación hasta mantenerse en cotas altas los próximos meses.

Una presión de precios que empezaba a preocupar en mayo, puesto que los datos de abril no eran halagüeños. En Estados Unidos, la inflación se disparó hasta el 4,2%, en máximos desde 2008. Esto provocaba que Wall Street encadenara varias jornadas seguidas en rojo.

La pandemia seguía haciendo estragos en algunos de los principales eventos mundiales. El Foro de Davos suspendió su cónclave de 2021 definitivamente en este mes.

JUNIO

Precisamente, la rebautizada como variante Delta, que tuvo su origen en la India, empezaba a suponer un riesgo para la temporada estival. Las restricciones de Reino Unido ahogaban a destinos turísticos como Baleares y Canarias en España. Algo que se traducía en bolsa en fuertes retrocesos para valores del selectivo español, como IAG.

Una situación que se dio la vuelta en cuanto el Gobierno británico levantó las limitaciones. Pero en el resto de países seguían imponiéndose medidas para controlar la pandemia que impedían la movilidad, mientras que los expertos esperaban un levantamiento temprano de las mismas para que ciertos títulos 'echaran el vuelo'.

También en junio, llegaban los primeros planes de recuperación europeos aprobados por Bruselas para recibir el dinero de la Comisión Europea. El de España fue uno de ellos. Según el proyecto presentado por el Gobierno, nuestro país será receptor de 69.500 millones de euros que dinamizarán la economía. Entre otras exigencias, estaba la reforma de las pensiones y la reforma laboral.

JULIO

De hecho, los estímulos y las ayudas públicas eran una noticia recurrente durante el verano. En las actas de la Fed publicadas en julio sobre el Comité del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), los funcionarios sostenían que el organismo debía ser prudente en cuanto al endurecimiento de la política monetaria. El ruido alrededor del ‘tapering’ empezaba a ser cada vez más alto, y el banco central americano creía que todavía no se había cumplido con los objetivos marcados para retirar las compras de activos del plan contra la crisis derivada del coronavirus.

Esta actitud era parecida a la que tenía el Banco Central Europeo (BCE), que afirmaba que iba a mantener los tipos en niveles bajos “hasta que vea que la inflación alcanza el dos por ciento mucho antes del final de su horizonte de proyección y de forma duradera durante el resto de dicho horizonte".

Mientras tanto, se aprobaba el levantamiento de la restricción en el reparto de dividendos para la banca europea, una medida muy esperada por las entidades, penalizadas en bolsa debido a esta limitación.

La OPEP, por su parte, aprobó el primer incremento de 400.000 barriles diarios para agosto, una medida que se ha ido extendiendo hasta la actualidad y que pone de manifiesto que la demanda de crudo se ha recuperado.

AGOSTO

Pero unas semanas más tarde, una noticia geopolítica giró la atención de los inversores: los talibanes reconquistaron Kabul y declararon el fin de la guerra en Afganistán. Los países occidentales se afanaron en sacar de allí a todo su personal antes de las fechas marcadas en rojo por los nuevos mandatarios de la capital, mientras que la incertidumbre empezaba a ser la tónica dominante en los parqués.

Sin embargo, ni esta ni otras noticias pudieron con el rally de las bolsas. Es cierto que la renta variable empezaba a resentirse con jornadas bajistas, pero el acumulado del año seguía siendo positivo. Esto, aunque en el plano económico los analistas empezaban a recortar sus previsiones debido al avance de la variante Delta.

SEPTIEMBRE

De hecho, esta mutación del coronavirus empezó tener su reflejo en la economía. Los datos de empleo en Estados Unidos para septiembre, por ejemplo, sorprendieron a la baja, al crear solo 194.000 nuevos puestos de trabajo.

Por su parte, el precio de la energía seguía subiendo. El petróleo comenzó a pulverizar sus máximos anuales y muchos analistas preveían que pudiera alcanzar los 90 dólares o incluso los 100 dólares, mientras que el coste de la electricidad empezaban a dispararse.

Mientras tanto, en Alemania, Olaf Scholz conseguía ganar las elecciones, con un futuro algo incierto, puesto que los resultados implicaban que debía ponerse de acuerdo con otros partidos para salir adelante como canciller, algo que finalmente ha conseguido tras el pacto con los verdes y los liberales.

OCTUBRE

En octubre, tras los múltiples y polémicos casos que rodearon a Facebook relacionados con sus políticas de privacidad y los algoritmos, Marck Zuckerberg, su CEO, dio a conocer que la compañía se cambiaba de nombre a Meta, queriendo ir más allá de las redes sociales y enfocándose en el metaverso.

En España, hubo algunas noticias macroeconómicas buenas, como la caída histórica del paro en 76.113 desempleados, algo que rompía la tendencia habitual en los meses de septiembre.

NOVIEMBRE

Noviembre fue el mes del ‘tapering’. El cónclave monetario de la Fed decidió reducir el paquete de estímulos activado para suavizar la crisis del coronavirus en 15.000 millones de dólares mensuales. Además, tras meses defendiendo que la inflación era transitoria, Powell empezó a admitir que existía un riesgo de que fuera más alta de lo esperado.

Un discurso que se ha modulado con el tiempo hasta eliminar la palabra ‘transitoria’ en el FOMC de diciembre, en el que la Fed duplicó el ritmo de reducción de estímulos hasta los 30.000 millones de dólares, con el objetivo de controlar la presión de precios.

DICIEMBRE

Una reducción de estímulos que también fijó el BCE para Europa, que anunció el fin del PEPP (programa de compras de emergencia frente a la pandemia) y el aumento del APP (programa de compras habitual). Todo ello por el buen ritmo que lleva la economía.

El recorrido de ésta, al igual que el de la renta variable, se ha visto salpicado por la aparición de una nueva variante del Covid el 29 de noviembre: Ómicron. Ese día, las bolsas de todo el mundo se hundieron ante la incertidumbre.

Los vaivenes que ha provocado esta nueva cepa del coronavirus han sido constantes. Entre la tranquilidad que aportan los estudios que afirman que las dosis de refuerzo de la vacuna son eficaces contra ella y los informes que concluyen que no es tan letal como Delta, a su mayor propagación y las restricciones que empiezan a imponerse por Europa.

De esta forma, la recuperación se ve amenazada de nuevo por la pandemia, que ha vuelto a ser la protagonista durante todo este 2021 y que seguirá siendo noticia, al menos, al inicio del 2022.

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