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BlackRock lo tiene claro: "El impulso político articulado en EEUU para alcanzar el liderazgo en materia de tecnologías limpias y la rápida respuesta europea generan oportunidades de inversión tanto estratégicas como a corto plazo". Así lo indican los expertos de la gestora en su último comentario de mercados, en el que llaman a estar muy atentos ante las posibilidades que abre este nuevo escenario y que hasta ahora "habían pasado en gran medida desapercibidas".

"Resulta fundamental no perder de vista el profundo calado de las iniciativas políticas" adoptadas por EEUU "en medio de la volatilidad de los mercados", apuntan estos analistas. Recuerdan que Estados Unidos "dispone ya de fuertes incentivos para la producción nacional de tecnologías limpias", mientras que la Unión Europea (UE) "está acelerando ahora el reparto de fondos para desarrollar tecnologías limpias en su territorio, en su afán por reforzar su seguridad energética y competitividad".

Estas decisiones tienen implicaciones en el mercado, y los inversores pueden aprovecharlas para ganar en un contexto que aún sigue siendo incierto para los activos de riesgo tras lo ocurrido con los bancos y por la persistencia de la inflación. De hecho, apuntan desde BlackRock, "la desconexión entre la inflación y las expectativas sobre los recortes de tipos se mantiene".

La gestora defiende que las recientes iniciativas políticas de EEUU y Europa "tienen como objetivo obtener una porción del creciente pastel de tecnología limpia y reducir la dependencia de China para obtener los minerales y metales necesarios para la transición". Y, remarcan sus expertos, "vemos esto como el comienzo de una carrera de energía limpia a medida que los países se apresuren a adoptar políticas similares, una prioridad estratégica en un contexto de creciente fragmentación geopolítica".

BlackRock apunta que Reino Unido, Canadá y Australia "están listos para participar, y esta carrera encaja con nuestra opinión de que es probable que la transición se acelere".

Cabe recordar que la Ley de Reducción de la Inflación de EEUU, promulgada el pasado verano, desató una serie de incentivos a la producción en áreas vinculadas a la transición hacia unas emisiones de carbono más bajas. Y aunque la UE ya tenía una "sólida política de transición energética", comentan los analistas de la gestora, lo cierto es que ha decidido acelerar sus planes para evitar que Estados Unidos le coma la tostada.

Así, el Viejo Continente "respondió a EEUU este año con su Plan Industrial Green Deal", cuyo objetivo es impulsar la fabricación europea de tecnologías de transición claves a través de objetivos de producción nacional, así como proporcionar un acceso más fácil a la financiación y permisos de vía rápida. "El crecimiento resultante en estas áreas no siempre se refleja completamente en los mercados, desde nuestro punto de vista, creando oportunidades de inversión global", insisten los estrategas de BlackRock.

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Fondos para la transición en EEUU y la UE

Pero, ¿dónde están esas oportunidades? Todo depende, apunta la gestora, del "impacto en las ganancias" y de lo que "ya se refleja en los precios de mercado". "Creemos que las implicaciones de crecimiento potencial para los activos vinculados a la transición no se reflejan completamente, lo que crea oportunidades para aumentar los rendimientos", detallan los expertos de BlackRock.

Recuerdan que las acciones de EEUU que se vieron beneficiadas por la política de transición reciente "saltaron por delante de sus pares de la UE después de la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación". Pero esta normativa "todavía muestra poco impacto del PIB".

Además, comentan, cabe tener en cuenta que "el crecimiento sostenido de la demanda mundial de energía y el rechazo de los suministros rusos por parte de Occidente significan que vemos una demanda continua de energía tradicional, incluso con un rápido crecimiento de la producción de energía limpia".

"Tanto las acciones de energía tradicional como las de energía renovable superaron a sus puntos de referencia el año pasado", y en su opinión, dicen, "es poco probable que las carteras que excluyen la energía tradicional sean tan resistentes a los baches esperados en la transición hacia una economía con menos carbono". "Creemos que es probable que el nuevo régimen de inflación más persistente y volátil se manifieste en la transición como desajustes de la oferta que luchan por satisfacer la demanda y la inversión en rápido aumento", explican estos expertos.

Ven oportunidades dentro de los "activos vinculados a la transición" y se mantienen "ágiles y selectivos para la diversificación global" a medida que se intensifica la carrera por la energía limpia. "Estamos a favor de los bonos vinculados a la inflación por el potencial de desequilibrios de oferta y demanda en la transición y consideramos que los activos reales, como la infraestructura, brindan cobertura a largo plazo contra la inflación", concluyen.

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