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El miedo ha hecho mella entre los inversores de renta variable europea y las alarmas se han disparado porque la situación está lejos de mejorar. Así lo aseguran los expertos, que ven demasiados 'canarios en la mina', una expresión que comúnmente se usa para hacer referencia a las señales que indican futuros problemas. Y el Viejo Continente está repleto de ellos.

Los analistas de Rabobank dicen que las preocupaciones "se vienen gestando desde hace tiempo", aunque ha sido esta semana cuando se han alineado los astros y la incertidumbre ha tomado forma propiciando las caídas de las bolsas europeas de las dos últimas sesiones (del 0,30% de media el martes y del 1,4% de media el miércoles, con las preocupaciones claramente arraigadas entre los inversores). Y esto, a su vez, ha servido para poner en evidencia lo vulnerables que son los mercados del Viejo Continente ante los riesgos que se han ido acumulando.

"El hilo conductor de los principales riesgos que estamos monitoreando es que, esencialmente, representan un peligro que es inherentemente incierto y difícil de tener en cuenta en las estrategias de inversión de manera oportuna", dice el analista de crédito de S&P Global Ratings, Paul Watters, en uno de los últimos informes de la agencia. En resumen, todo son problemas y es difícil aventurar no sólo si se resolverán o no, sino también cómo afectarán a la operativa de las bolsas. De hecho, los expertos señalan que lo más probable es que sigan sufriendo.

Además, Watters destaca que "es importante estar alerta a las crecientes vulnerabilidades que se construyen a lo largo del tiempo, donde el equilibrio entre riesgo y rendimiento se sale de control y adopta una actitud más defensiva de inversión", y eso es lo que está pasando ahora mismo en Europa. La estrategia de que están siguiendo los inversores es la de vender acciones y buscar activos refugio ante el temor a la desaceleración económica mundial, cada vez más latente por la multitud de 'canarios en la mina' que acechan a los mercados, y por eso está creciendo la demanda de bonos alemanes y estadounidenses, cuyos rendimientos no dejan de caer. Incluso lo está haciendo el de la deuda española, a la que muchos inversores acuden como alternativa a Italia.

Precisamente el país transalpino es una de las preocupaciones más acuciantes en Europa. La nueva guerra presupuestaria que Roma, y más concretamente la Liga Norte que capitanea Matteo Salvini, quiere emprender con la Comisión Europea ha provocado el nerviosismo de los inversores. El Ejecutivo comunitario ya ha iniciado el procedimiento para sancionar al país por no reducir su deuda pública y su déficit, y ya se habla de una multa de 3.500 millones de euros. Salvini ha salido reforzado de las elecciones europeas, y eso puede provocar que se rompa el Gobierno de coalición con el Movimiento 5 Estrellas (M5S), lo que aumenta la incertidumbre sobre lo que puede pasar.

Aunque Italia no es el único país en el que está en el punto de mira tras las elecciones. En Alemania, el varapalo electoral del SPD aboca a una ruptura de la 'gran coalición', mientras que en Grecia el primer ministro Alexis Tsipras ha anunciado que habrá adelanto electoral tras su derrota en las europeas. Y la agitación política también afecta a Austria, que busca a contrarreloj gobierno provisional después de la destitución de Sebastian Kurz.

PROBLEMAS SIN RESOLVER: BREXIT Y GUERRA COMERCIAL

Y a las bolsas también les está afectando el gran asunto sin resolver: el Brexit. La primera ministra británica, Theresa May, ha anunciado su dimisión para el 7 de junio, tras lo que se iniciará el proceso de elección del nuevo líder de los conservadores. Los nombres que suenan con más fuerza son los de los 'brexiteers' Boris Johnson y Dominic Raab, cuya elección podría ayudar a los 'tories' a mejorar su imagen de cara al electorado, que le ha dado la espalda en las elecciones europeas aupando al Partido del Brexit de Nigel Farage.

Los británicos han castigado en las urna las idas y venidas de los conservadores y de los laboristas sobre la salida de Reino Unido de la UE, aunque la llegada de un nuevo líder 'torie' puede no resolver nada. Los expertos apuntan que ha aumentado la probabilidad de que haya un Brexit duro y señalan que la incertidumbre se mantendrá, como poco, hasta la vuelta de las vacaciones de verano. La mirada sigue puesta en la fecha tope impuesta por Bruselas: el 31 de octubre.

El otro gran tema sin resolver, y que cada vez se enquista más, es el de la guerra comercial entre EEUU y China. Son constantes los mensajes que se lanzan Washington y Pekín en respuesta a las medidas adoptadas por el otro, y la tensión está alcanzando ya cotas difíciles de manejar. El acuerdo entre las potencias parece alejarse cada día un poco más, y la solución se torna complicada. Como dicen los analistas de FXTM, "hasta que los mercados vean signos alentadores de que ambas partes aseguran el acuerdo comercial, es muy probable que este sentimiento negativo y la aversión general al riesgo continúen castigando a las bolsas".

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