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China y coronavirus.

China puede dejar de ser la gran fábrica del mundo. La crisis del coronavirus y la guerra comercial han desatado una fuga masiva de compañías, tal y como advierte Rabobank en su último informe. ¿Logrará el gigante asiático taponar esta hemorragia a tiempo?

Los datos están ahí. Las exportaciones de productos chinos a EEUU se han desplomado un 17% hasta los 88.000 millones de dólares en 2019. China y sus importaciones pesan ya cuatro puntos básicos menos en el balance estadounidense.

A ello se suma la relocalización protagonizada especialmente por el sector tecnológico, por ejemplo, de fabricantes de semiconductores y equipamiento inhalámbrico. "No es una sorpresa que sean las empresas que más estén dejando China teniendo en cuenta su importancia estratégica y las presiones de la Administración Trump para mantener a compañías chinas fuera de su infraestructura digital", aseveran los expertos de Rabobank.

Si China está dejando de ser el anfitrión de estas empresas, ¿Quién está empezando a acoger a estos inquilinos? La propia EEUU, Vietnam, México y Taiwan. "Son los principales ganadores de este cambio de planes", señalan. Al mismo tiempo que China ha exportado 88.000 millones menos a EEUU, este último ha recibido exportaciones valoradas en 68.000 millones a lo largo de 2019.

Ese déficit de 20.000 millones entre ambas cifras se entiende no cómo que EEUU está importando menos bienes sino que ahora los fabrica dentro de sus fronteras, lo que encajaría perfectamente con el proteccionismo de Trump.

"Sorprendentemente, India y Tailandia se están perdiendo 'la fiesta'", reconocen en Rabobank. Ambos países deberían hacer también caja con el éxodo empresarial que está empezando a hacer mella en China. Pese a las buenas relaciones diplomáticas que mantienen con Washington, la principal razón es que ni indios ni tailandeses albergan un ecosistema tecnológico especialmente grande, lo que les impide poder fabricar para satisfacer el insaciable apetito de EEUU.

EEUU SEGUIRÁ PELEANDO PARA 'REPATRIAR' A SUS COMPAÑÍAS

¿Esto significa que todas las empresas van a dejar de fabricar en China? Solo las estadounidenses. Y no todas. "Todo se reducirá a un análisis de coste-beneficio", creen estos expertos. Cada compañía deberá decidir si prefiere seguir trabajando bajo el paraguas de unos bajos salarios para sus trabajadores y un menor gasto en transporte, "entre otras ventajas que serán difíciles de encontrar en otros países".

"Dicho esto, creemos que desde Washington (esté gobernada por republicanos o demócratas) se mantendrá la presión para recuperar a las compañías estadounidenses ofreciéndoles incentivos regulatorios", observa Rabobank. "Muchas empresas se van a ver obligadas a elegir un bando conforme la tensión geopolítica fruto de la guerra comercial siga escalando", apostillan sus expertos.

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