El voto del presidente de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo, Luis María Díez-Picazo, ha sido determinante para inclinar en la deliberación de este martes la balanza a favor de la banca, de manera que sigan siendo los ciudadanos quienes asuman el pago del impuesto relativo a las hipotecas.
Según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press, durante su intervención ante los otros 27 magistrados que participaban en la deliberación sobre este asunto, Díez-Picazo se había mostrado favorable a la 'tercera vía' planteada por la magistrada Pilar Teso, quien proponía que el impuesto recayese sobre la banca pero a partir de la sentencia, es decir, sin el carácter retroactivo que habría supuesto un desembolso de entorno a 5.000 millones de euros.
Sin embargo, llegado el momento de votar pasadas las siete de la tarde, Díez-Picazo ha cambiado de postura tras observar que se estaba produciendo un empate entre quienes apostaban por cargar el impuesto a los bancos y quienes defendían que lo hiciese el ciudadano. Él, el último por turno en votar, se ha decantado del lado de la banca.
De este modo, el Pleno de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha fallado finalmente por 15 votos frente a 13 que sean los clientes quienes asuman finalmente el pago del impuesto sobre actos jurídicos documentados, corrigiendo a la Sección que innovó la doctrina y volviendo a la jurisprudencia anterior, favorable a las entidades bancarias.
LA OCU PIDE SU DIMISIÓN
Tras el fallo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha calificado de "bochornosa" la decisión del Alto Tribunal, y ha pedido la dimisión de Díez Picazo de forma inmediata "por la nefasta gestión de esta sentencia sin precedentes que en tiempo récord ha doblado el pulso de la verdadera justicia".