El turno de última palabra se convierte en un encargo a la Sala de cara al futuro del independentismo en Cataluña
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Los doce acusados en la causa por el 'procés' independentista en el Tribunal Supremo han apelado con diferentes fórmulas al tribunal durante su turno de última palabra para instarle a que sea "valiente" -así se lo ha pedido expresamente el exconsejero Raül Romeva- y utilice la "oportunidad" de dictar sentencia para lograr una solución del conflicto en Cataluña en vez de "agravarlo".
Uno de los más contundentes en este sentido ha sido el expresidente de Asamblea Nacional Catalana (ANC) y diputado suspendido Jordi Sánchez, que ha deseado a los siete magistrados que componen la Sala "luz" a la hora de dictar sentencia, admitiendo que no le gustaría "estar en su piel" ante "el problema que les ha venido encima".
Considera Sánchez que el tribunal tiene la "oportunidad de no agravar la crisis política" en España y espera que la sentencia "sirva para lo que la clase política no ha sabido resolver".
También el exvicepresident e igualmente parlamentario suspendido Oriol Junqueras ha realizado un encargo directo al tribunal, invitándole a devolver la cuestión del conflicto catalán a "la política, la buena política, de la que nunca debería haber salido, al terreno de la negociación, el diálogo y el acuerdo". "Mientras tanto, mi trabajo debe ser el de contribuir siempre, a través del juicio de las urnas, a promover la democracia, la convivencia y el bien común", ha manifestado el líder de ERC ante el tribunal que le ha juzgado.
Posteriormente, y dirigiéndose también directamente a los miembros de la Sala, Junqueras ha manifestado que entiende que se ha pasado a la sala "la responsabilidad" de dictar sentencia" sobre lo que fue el proceso independentista catalán, pero ha subrayado que "lo mejor para todos sería devolver la cuestión a la política, la buena política, al terreno de la negociación, el diálogo y el acuerdo".
Con esta misma idea ha coincidido el exconsejero de Exteriores, que además de pedir "valentía" al tribunal le ha recordado que en el banquillo de los acusados no se sientan doce personas, sino "dos millones que se sienten concernidas con lo que ha pasado" y con la decisión que se va a adoptar, apelando así directamente al tribunal para lamentar seguidamente que se haya traspasado al tribunal la responsabilidad sobre un asunto que debe ser resuelto en el terreno político.
ADVERTENCIA DE TURULL
Por su parte, el exconsejero de Presidencia Turull ha llegado a advertir a la Sala durante su alegato final que aunque se dicte una sentencia condenatoria contra los doce líderes independentistas por estos hechos no se va a conseguir "descabezar el independentismo", ni impedir que los catalanes "decidan su futuro".
El exconsejero Josep Rull ha realizado en su turno su propia advertencia a los magistrados de que "tienen la oportunidad de decir cuáles son los límites de los derechos y las libertades" en su sentencia, para añadir que "no existen suficientes cárceles para encerrar el anhelo de libertad de un pueblo".
"La esperanza es más poderosa que el miedo, después de nosotros siempre vendrán más. No existen suficientes cárceles para encerrar el anhelo de libertad de un pueblo", ha manifestado Rull en una larga disertación en la que ha reprochado a los magistrados que "no pueda ver crecer" a sus hijos estando en prisión.
Eso sí, les ha afirmado que sea cual sea la sentencia "no van a impedir que les deje la dignidad de haber defendido unas ideas legítimas y nobles, un testimonio de su compromiso, lucha democrática, tenaz, apasionada para que el día de mañana puedan vivir en un país libre, en una república catalana en la que sea imposible que alguien pueda ser encarcelado por defender sus ideales". "No se qué votaré, pero yo quiero votar. Y este es el mandato que recibió de los ciudadanos el gobierno de Carles Puigdemont", ha remarcado.
LA CALIDAD DEL ESTADO ESPAÑOL, SEGÚN CUIXART
Por su parte, el presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart, ha finalizado su alegato advirtiendo de que del "resultado de este juicio" va a depender "la calidad del Estado español", que, en su opinión, tendrá consecuencia no solo en Barcelona, sino en todas las ciudades de España.
Ha añadido que sea cual sea la resolución del Tribunal Supremo no va a hacer que el movimiento independentista caiga "en la frustración" y tampoco va a dejar de "luchar por el derecho a la autodeterminación": "Si la violencia policial no pudo con millones de personas, ¿alguien se cree que una sentencia va a hacer que se deje de luchar por el derecho de autodeterminación? Estoy convencido que no".
La apelación directa al tribunal de la expresidenta del Parlament Carme Forcadell ha sido de carácter más personal, al reprochar que se la haya juzgado por un delito de rebelión cuando por los mismos hechos sus excompañeros en la Mesa del órgano parlamentario únicamente tendrán que responder de desobediencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Las referencias a la futura sentencia han regresado con la intervención de la exconsejera también en prisión preventiva Dolors Bassa, que ha indicado al tribunal que su sentencia no sólo determinará la "etapa final" de su vida --la exconsejera supera los 60 años de edad--, sino que puede ser un principio de solución para generaciones futuras como la de su nieta. "Les pido que piensen en ello", ha concluido.
Por lo que respecta a los tres exconsejeros en libertad condicional tampoco han perdido la oportunidad de realizar su petición concreta de cara al dictado de la sentencia. Incluso el exconsejero Santiago Vila, que dimitió de su cargo antes de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) del 27 de octubre de 2017, ha señalado a la Sala que la situación actual es la de "una encrucijada", la de "entroncar con la peor de nuestras tradiciones o con la mejor, que es la libertad que arrancó con las Cortes de Cádiz".
"Tengo plena confianza en la justicia y en el tribunal, y espero que forme parte de la solución", ha añadido Vila; mientras que según la ex consejera Meritxell Borrás el tribunal debe tener en cuenta que hay nuevos políticos y "sabremos encontrar entre todos el camino de una solución dialogada". Finalmente, el exconsejero de Justicia Carles Mundó ha concluido así su última palabra: "Nunca es tarde si todo el mundo" sabe estar a "la altura del momento".