- Éric Moussambani, el nadador guineano emoció al público de la piscina de Sydney 2000 a pesar de su pésima marca y su peculiar estilo de nado
- Derek Redmond encogió el alma del estadio de Monjuic en Barcelona 92 al lesionarse en plena final de los 400 m lisos siendo el gran favorito
Los Juegos Olímpicos son la máxima competición deportiva. Durante cuatro años, atletas de todas las disciplinas se preparan con la mirada fija en la cita olímpica. La historia de los Juegos está escrita por grandes nombres, deportistas que han superado todos los récords que parecían imbatibles, pero también por otros cuya historia de superación se escribe desde los últimos puestos y la superación es sólo contra ellos mismos.
Éric Moussambani es una de las historias más recordadas de los Juegos Olímpicos. Muchos no recordarán bien su apellido, ni su país (era de Guinea Ecuatorial) y seguro que nadie recuerda cuanto tiempo tardó en recorer los dos tramos de piscina que tuvo que nadar para recorrer los 100 metros que tenía la prueba. Lo que sí recuerda todo el mundo es su afan de superación y por acabar la prueba a pesar de una técnica bastante mala.
Necesitó más de 1 minuto con 50 segundos para completar los 100 metros de la prueba (el récord entonces eran 48 segundos)
El novato nadador llevaba tan sólo unos meses preparándose en la piscina. Necesitó más de 1 minuto con 50 segundos para completar la distancia (el récord en ese momento eran 48 segundos). En los metros finales pareció como si no fuera a ser capaz de acabar, su rostro mostraba la falta de preparación y el agotamiento. Logró llegar a la meta y rematar como ganador de su serie -competía sólo- y clasificarse a las ronda finales.
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LOS OTROS MOUSSAMBANI
Hamadou Djibo Issaka es el primer nigeriano en competir en remo en unos Juegos Olímpicos. Djibo finalizó a 1 minuto y 23 segundos del vencedor de su serie en la primera semifinal de remo en los 2.000 metros de los Juegos de Londres 2012. "Finalizar con un aplauso es un orgullo y me dio fuerzas para dar lo mejor de mi mismo por mi país", aseguró a la conclusión de la prueba.
Los Juegos de Atlanta 1996 también tienen su héroe particular: Abdul Baser Wasiqi. El afgano acabó último en el maratón, tardó 4 horas, 24 minutos y 17 segundos, dos horas más del récord mundial, en posesión del keniata Patrick Makau, que recorrió los 42.195 metros en 2 horas, 3 minutos y 38 segundos en septiembre de 2011. Acabó realmente agotado y ovacionado por todos los fans que esperaron al atleta en el estadio olímpico.
Aunque no todas las historias de superación están escritas por atletas de segundo nivel. Derek Redmond era el gran favorito de los 400 metros lisos en Barcelona 92. En la final a falta de 175 metros para el final se rompió el talón de Aquiles y tuvo que parar. Entre lágrimas y tras unos segundos de rodillas en la pista retomó la marcha a la pata coja. Cuando encaraba la recta final, todo el estadio estaba en pie aplaudiendo el esfuerzo del atleta. Su padre saltó en los últimos metros para acompañar a su hijo en tal esfuerzo.
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