El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha advertido de que es bastante posible que no haya un acuerdo sobre el Brexit entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido cuando llegue la fecha prevista para que el país deje el bloque comunitario, en marzo de 2019.
"Desafortunadamente un escenario de no acuerdo es todavía bastante posible. Pero si todos actuamos de forma responsable podemos evitar la catástrofe", ha dicho en la carta de invitación remitida a los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho para la reunión informal que celebran este miércoles y jueves en Salzburgo (Austria).
El Brexit será un tema que se tratará en el segundo día de reunión sin la presencia del Reino Unido. Los líderes europeos debatirán sobre cómo organizar la fase final de las negociaciones, para lo que Tusk propondrá celebrar una cumbre adicional en noviembre dedicada al tema.
"Desafortunadamente un escenario de no acuerdo es todavía bastante posible. Pero si todos actuamos de forma responsable podemos evitar la catástrofe"
Asimismo, se centrarán en encontrar una posición común sobre la "naturaleza y forma" de la declaración política sobre la relación que desea mantener la UE con el Reino Unido tras su salida. "Limitar los daños provocados por el Brexit es un interés compartido", recordó Tusk a los líderes.
Por otro lado, Tusk ha pedido a los Estados miembros que dejen de lado el "resentimiento mutuo" y adopten una postura "constructiva" para buscar soluciones comunes en materia de inmigración. "Si algunos quieren resolver la crisis, mientras otros quieren utilizarla, seguirá sin poder resolverse".
Ha insistido en que la "misión de poner fin a la crisis migratoria es una tarea común" de todos los países e instituciones europeos, tras constatar que durante el verano "han reaparecido una vez más tensiones" entre socios comunitarios por la llegada de inmigrantes a la UE.
"Espero que en Salzburgo seamos capaces de poner fin al resentimiento mutuo y volver a un enfoque constructivo", dijo el político polaco, quien subrayó que el esfuerzo conjunto ya ha dado frutos con una reducción de las llegadas a la Unión a los niveles previos a 2015.