El presidente de los EEUU, Donald Trump, ha seguido alimentando el optimismo sobre que las dos primeras potencias mundiales cierren algún tipo de acuerdo que permita poner límite a la guerra comercial que mantienen desde hace un año y medio. En declaraciones desde la Casa Blanca, el presidente estadounidense ha asegurado que el llamado acuerdo de 'fase uno' está cerca y que los equipos negociadores viajarán a Pekín para atar cabos sueltos.
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La Cámara de Representantes invita a Trump el 4 de diciembre a una vista del 'impeachment'Más concretamente, el republicano ha declarado que dichas negociaciones están en su "agonía final" antes de llegar a "un acuerdo comercial muy importante; supongo que se podría decir que es uno de los acuerdos comerciales más importantes". "Está yendo muy bien", ha declarado, para añadir que "al mismo tiempo queremos ver que vaya bien en Hong Kong".
Este comentario deja patente hasta qué punto el presidente estadounidense vincula el acuerdo comercial con la crisis de la ciudad autónoma. Las declaraciones se producen después de que China haya dicho que había convocado el lunes al embajador de Estados Unidos, Terry Branstad, para protestar por la aprobación en el Congreso de los Estados Unidos de la Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong, arguyendo que el proyecto de ley equivalía a una interferencia en un asunto interno chino.
Trump dijo que tenía una muy buena relación con el presidente chino, Xi Jinping, y esperaba que este asegurara un resultado positivo en la ciudad de Hong Kong, gobernada por China, donde los partidos prodemocráticos ganaron casi el 90% de los 452 escaños del consejo de distrito en las elecciones del domingo.
"Creo que el presidente Xi puede hacer que eso suceda. Lo conozco y sé que le gustaría que sucediera", dijo Trump, sin dar detalles sobre qué esperaba exactamente que hiciera Xi.