Sinopec Group, una de las principales compañías petroleras de China, habría suspendido las negociaciones para realizar una importante inversión petroquímica, así como otra relacionada con el gas, atendiendo a una llamada de atención del Gobierno chino ante el aumento de sanciones provocadas por la guerra en Ucrania.
Puede consultar aquí el directo especial de 'Bolsamanía' sobre la guerra.
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EEUU exportará un 68% más de gas natural licuado a la UE para reducir su dependencia rusaSegún informa la agencia ‘Reuters’, la compañía ha decidido paralizar una inversión de 500 millones de dólares en una planta química de gas y una empresa para comercializar gas ruso en la República Popular. Estas informaciones señalan que, si bien Pekín se ha mostrado contrario a las sanciones contra Rusia, el Gobierno de Xi Jinping se muestra cauteloso de puertas para adentro para evitar que las sanciones dirigidas a Rusia se vuelvan en su contra, aunque eso implique reducir el apoyo económico al que es su segundo mayor proveedor de petróleo y el tercero de gas.
En este sentido, cabe señalar que este Biden avisaba de que China entendía “las consecuencias económicas” de ayudar a Rusia tras su conversación de la pasada semana con Xi. “Creo que China entiende que su futuro económico está mucho más ligado a Occidente que a Rusia. Y por eso tengo la esperanza de que no se involucre", indicaba Biden.
Asimismo, desde que comenzara la invasión de Ucrania, siempre de acuerdo con las fuentes de la agencia, los tres gigantes energéticos chinos (Sinopec, China National Petroleum Corp y China National Offshore Oil Corp) habrían estado evaluando el impacto que podrían tener las sanciones occidentales en sus inversiones en Rusia.
"Las empresas seguirán rígidamente la política exterior de Pekín en esta crisis. No hay espacio alguno para que las empresas tomen ninguna iniciativa en términos de nuevas inversiones", ha explicado a ‘Retuers’ un ejecutivo de una petrolera estatal. Además, el ministerio de Asuntos Exteriores chinos habría convocado recientemente a representantes de las tres empresas para instarles a que revisaran sus vínculos comerciales con socios rusos.
“DELICADO EQUILIBRIO” PARA EUROPA
Por su parte, Europa está ganando tiempo al resistir la presión para llevar a cabo un embargo total de las importaciones de petróleo y gas ruso, a la vez que acelera los esfuerzos para reducir su dependencia de las importaciones energéticas rusas. Pero el impacto en las finanzas públicas, las empresas y los hogares del pulso energético entre la Unión Europea (UE) y Rusia depende del delicado equilibrio que logre la UE entre penalizar a Rusia por la guerra de Ucrania y proteger las economías de los efectos completos de las sanciones y las represalias del Gobierno ruso, según Scope Ratings.
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Limitar la importación de petróleo y gas ruso, un "delicado equilibrio para Europa"Consideran que el impacto económico a corto plazo de un embargo de la UE sobre el petróleo y el gas natural rusos se traduciría en niveles de inflación significativamente más altos y un PIB más bajo de lo que se espera actualmente. "Algunos países se verían más afectados que otros debido a su mayor dependencia de las importaciones de gas ruso, especialmente las economías de Europa central y oriental, incluidas Hungría y Eslovaquia. Por su parte, Alemania, pese a enfrentarse a un crecimiento mucho más lento de lo previsto este año, tiene la ventaja de contar con una economía sólida y diversificada que puede ayudar a limitar los posibles impactos económicos de la suspensión del suministro de gas ruso", explican.
Sin embargo, resaltan que ningún país europeo podrá eludir las consecuencias financieras de un embargo total del petróleo y el gas rusos. "De hecho, los hogares y las empresas de Francia y Reino Unido, en gran medida independientes de las importaciones energéticas rusas, también se enfrentan a un rápido aumento de los costes".
"Todo ello podría traducirse en un aumento importante del gasto adicional a corto plazo para amortiguar el aumento de los precios de la energía en las empresas y los hogares y, a más largo plazo, en la reinversión en energía nuclear. Todo esto supondría una presión sobre las finanzas públicas, que ya están bajo presión tras la pandemia", añaden.