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Estados Unidos se enfrenta a un 2023 bajo una amenaza seria de recesión, con una Reserva Federal decidida a devolver la inflación al 2% y que no tendrá demasiados miramientos a la hora de seguir enfriando la economía norteamericana. Sin embargo, los analistas se resisten a dar por hecha la contracción económica, e identifican algunos de los factores que podrían evitarla.

Los analistas de Pantheon Macroeconomics consideran que la primera mitad del próximo año será "una lucha" en EEUU, al menos en el frente del crecimiento económico, ya que la combinación de un consumo y un gasto de capital empresarial decrecientes, junto a la fuerte corrección de inventarios fuera del sector automotriz indican que "el crecimiento del PIB probablemente será mínimo en el mejor de los casos".

En circunstancias normales, apuntan, el agresivo endurecimiento de la Fed sería más que suficiente para inducir una recesión. Aunque conservan una razón para dudar, y es que el sector privado todavía cuenta con un exceso sustancial de efectivo acumulado durante la pandemia, como resultado del ahorro involuntario y de las transferencias de efectivo del Gobierno federal.

La duda es saber cuánto de este efectivo se utilizará para amortiguar el impacto de unas tasas de interés considerablemente más altas.

"En la primavera, la gente comenzó a agotar sus ahorros excedentes de 2 billones de dólares agresivamente para compensar el impacto del aumento en los precios de la gasolina, pero no podemos estar seguros de que hagan lo mismo de nuevo frente a una política más estricta", destacan.

El 'stock' de exceso de ahorro ahora es solo un poco más de la mitad de su pico, y es "muy probable" que los hogares en el 40% inferior de la distribución del ingreso hayan agotado todos los ahorros acumulados durante la pandemia.

"Nuestra suposición, por lo tanto, es que la reducción de los ahorros se ralentizará los próximos meses. Esto no se traducirá linealmente en una caída del consumo real, porque los precios del gas son ahora más bajos que en el período anterior a la invasión, por lo que los ingresos reales en este momento están aumentando", agregan.

DEBILITAMIENTO LABORAL

El mayor problema para los consumidores el próximo año probablemente será el debilitamiento del mercado laboral, ya que el impulso al crecimiento de la recontratación posterior al Covid se ha desacelerado durante el año pasado y se puede esperar que desaparezca por completo el próximo año.

La contratación cíclica también se suavizará, ya que las empresas buscan ahorrar frente a mayores costes de financiación y la contracción de los márgenes brutos. Al mismo tiempo, el aumento de las tasas ha provocado un claro repunte en los anuncios de despidos, que comenzaron en el sector tecnológico pero que ahora se están extendiendo.

En este sentido, los analistas de Oxford Economics recuerdan que "el miedo a perder el trabajo, junto con los rendimientos sustancialmente más altos de los depósitos de ahorro, por lo general, elevan la tasa de ahorro".

"Es improbable que el consumo caiga sustancialmente, sobre todo porque la recuperación de la producción de automóviles permitirá que la enorme acumulación de pedidos se resuelva, pero esperamos que el crecimiento se desacelere bruscamente. El probable aumento de más del 3% en el cuarto trimestre no se mantendrá", aseguran.

Las intenciones de gasto de capital de las empresas se han desplomado desde la invasión de Ucrania, si bien las compañías no financieras tienen más de 900 billones de dólares en efectivo adicional en comparación con el período inmediato anterior al Covid, por lo que muchas tienen los recursos necesarios para reemplazar equipos viejos u obsoletos y las estructuras necesarias.

Pase lo que pase con el gasto de capital, una fuerte corrección de inventario es "inevitable" en todas partes excepto en el sector automotriz, donde los inventarios siguen siendo muy bajos. De cara a 2023, consideran la persistencia de los altos inventarios como "un lastre sustancial para el crecimiento".

CAÍDA DE LA INFLACIÓN

Desde Oxford apuestan por que "la inflación subyacente caiga más rápido de lo que esperan los mercados durante el próximo año, gracias inicialmente a la recompresión de los márgenes". Los márgenes brutos para minoristas y mayoristas se dispararon al 19% hasta marzo, pero en tasa anualizada han caído al 10,9%, "y caerá muy por debajo de cero a mediados del próximo año".

"La caída de la inflación como resultado de la recompresión de márgenes persuadirá a la Fed para que deje de subir las tasas. Creemos que un aumento de 25 puntos básicos el 1 de febrero será el último aumento, pero la Fed no indicará su voluntad de recorte hasta que las ganancias salariales se hayan desacelerado claramente", destacan.

Además, los analistas de Oxford Economics señalan que "el crecimiento de los salarios a su ritmo actual, en torno al 5%, es incompatible con el mantenimiento de la inflación en la meta del 2% en el mediano plazo, sin importar cuán bajo caiga en el corto plazo".

El crecimiento de los salarios se desacelerará el próximo año a medida que aumente el desempleo, modestamente, aunque dependerá mucho de si aumenta la participación, especialmente entre las personas mayores, y caen las expectativas de inflación.

En lo que respecta a los mercados, destacan que "las acciones se han visto recientemente atrapadas entre el optimismo sobre la inflación y la Fed", aunque esperan que esta vacilación se suavice a medida que la inflación cae y el mercado laboral se suaviza.

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