Rusia ha observado “con preocupación” el anuncio estadounidense de “preparar” 8.500 soldados para desplegarse en Europa en caso de una escalada en la crisis de Ucrania, según ha publicado ‘Reuters’.
24 horas después del anuncio del Pentágono, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha acusado a Washington de alimentar las tensiones sobre Ucrania, en línea con la idea de Moscú de que la crisis está siendo impulsada por las acciones de EEUU.
Los Estados occidentales, por su parte, han acusado a Rusia de planear un nuevo ataque contra Ucrania, que ya invadió en 2014. Moscú ha negado cualquier plan de este tipo, pero ha declarado que podría tomar medidas militares no especificadas a menos que se cumplan las demandas, incluida la promesa de la OTAN de no admitir nunca a Kiev.
La OTAN anunció el lunes que estaba poniendo fuerzas en espera y reforzando el este de Europa con más barcos y aviones de combate, lo que Rusia calificó como “histeria” por parte de Occidente.
No obstante, el Kremlin también anunció la realización de ejercicios militares en la frontera ucraniana, incluyendo ejercicios con aviones de combate y misiles balísticos.
Está previsto que Vladimir Putin hable esta semana con su homólogo francés Emmanuel Macron, quien también tiene previsto hablar con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy. Precisamente, Zelenskiy ha instado a sus compatriotas a mantener la calma y ha anunciado que está preparando una reunión entre él y los líderes de Rusia, Alemania y Francia.
Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden ha anunciado que consideraría la posibilidad de imponer sanciones directas al presidente Vladimir Putin. Además, desde Washington han apuntado que EEUU estaba negociando con los principales países productores de energía y empresas de todo el mundo un posible desvío de suministros a Europa si Rusia invade Ucrania.
