El Reino Unido ha publicado este viernes la primera 'lista verde' de países a los que sus ciudadanos podrán viajar por ocio a partir del 17 de mayo sin tener que guardar cuarentena a la vuelta, en la que ha dejado fuera a España, lo que supone un golpe para la industria turística de nuestro país.
Las autoridades británicas solo han incluido a Portugal, junto a las Azores y Madeira, Gibraltar, las Islas Feroe e Islandia como destinos europeos a los que poder desplazarse sin necesidad de cuarentena a la vuelta. También entran en esa lista Israel, Australia, Nueva Zelanda, Singapur, Brunei y algunas islas como las Malvinas, Santa Helena, Ascensión o Tristán da Cunha.
Sin embargo, destinos como Francia o España, los principales mercados del turismo británico, quedan fuera de una lista que se actualizará cada tres semanas. El secretario de Estado Grant Shapps ha confiado en que, a medida que avance el verano y evolucionen la vacunación y la incidencia, algunos destinos "tradicionales" puedan ser incluidos en esta lista.
Además, el gobierno británico ha incluido a Turquía en los países del 'semáforo rojo', a los que no se puede viajar sin guardar después una cuarentena de 10 días con un coste de más de 2.000 euros a cargo del ciudadano. Se da la circunstancia de que será en Estambul donde se dispute, a finales de mayo, la final de la Champions League entre Manchester City y Chelsea, donde estaba previsto que hubiera al menos 9.000 espectadores llegados desde las islas.
El sector turístico español había reclamado que se pudieran incluir regiones al margen de la situación epidemiológica nacional, permitiendo los viajes a Baleares, Canarias o la Comunidad Valenciana, por ejemplo. Pero eso finalmente no ha sucedido.
La inclusión, además, de un competidor directo como Portugal supone un golpe para la industria turística española, que en 2019, último año antes de la pandemia, recibió a 18,1 millones de británicos. Reino Unido fue el principal país emisor de turistas, seguido de Alemania y Francia. Entre los tres países sumaron casi la mitad del total de visitantes que llegaron a España hace dos años.