Las sanciones sin precedentes a Rusia se han escapado de todos los escenarios que barajaban los expertos de Oxford Economics. La expulsión de los bancos rusos del sistema internacional SWIFT y la congelación de los activos del Banco Central de Rusia (BCR) han sido las más "aplastantes", para estos expertos. De esta manera, Moscú tiene poco margen de maniobra para atajar la crisis que se viene encima tras todo ello.
Según el último informe de Oxford Economics, se puede pensar que el BCR tiene experiencia en la respuesta a crisis de divisas tras situaciones geopolíticas adversas tras la crisis de Crimea, cuando elevó su tipo de interés oficial un total de 750 puntos básicos hasta un 17%. "Esta decisión fue muy criticada y algunos de sus principales funcionarios fueron degradados", afirman. "Esta vez, sin embargo, es poco probable que las subidas de tipos puedan compensar los riesgos percibidos de mantener activos en rublos incluso para los ciudadanos rusos", añaden.
Noticia relacionada
Carnicería en el rublo, que cae un 15% tras el golpe al Banco Central de RusiaEn aquel momento, las sanciones vinieron acompañadas de una fuerte caída del petróleo, con el mercado de las divisas estabilizándose hacia finales de 2014 y principios de 2015, "en parte debido a la decisión de colocar representantes del Gobierno en los consejos de administración de los principales exportadores para garantizar que estos últimos vendieran los ingresos de divisas en el mercado de divisas en lugar de acapararlas".
Prevén que en los próximos días las ventas de divisas de los exportadores ayudarán a aliviar parte de la presión en el mercado del rublo, que se debe en gran medida a la falta de liquidez. Eso sí, advierten que algunas compañías, como las del sector metalúrgico y minero, probablemente encuentren dificultades para recibir pagos por la prohibición del sistema SWIFT, "incluso los exportadores de hidrocarburos pueden sufrir retrasos e impagos debido a los cambios en los riesgos relacionados con Rusia y el endurecimiento de los procedimientos de cumplimiento".
En cuanto a los tipos, creen que el BCR ha hecho "todo lo posible para apoyar al rublo". "En lo sucesivo, es probable que la trayectoria del tipo de cambio venga determinada principalmente por la situación de liquidez en el mercado ruso", sentencian.
Por otro lado, está la cuestión de la deuda externa, puesto que la exposición en divisas fuertes, de 62.000 millones de dólares, "es relativamente baja". "La deuda soberana en moneda fuerte que vencía en 2022 ascendía a sólo 2.600 millones de dólares. Los bancos deben 14.500 millones de dólares de principal en deuda externa este año, y las empresas de otros sectores, 42.000 millones de dólares", afirman.
Noticia relacionada
Rusia advierte que atacará Kiev y exige a los ciudadanos salir de la ciudadEso sí, Oxford Economics defiende que las reservas brutas de divisas, incluido el oro, valoradas en 630.000 millones de dólares a finales de enero proporcionan un "amplio colchón" contra los choques. "Cuando Rusia se encontró en una situación similar, las reservas de divisas del BCR se utilizaron para cubrir el déficit de refinanciación externa", argumentan, aunque matizan que "según las sanciones anunciadas durante el fin de semana, se congelarán los activos del BCR en el extranjero, incluidos los que se encuentran en bancos de EEUU y Europa". Calculan que cerca de 300.000 millones de dólares en activos están en el extranjero, aunque no hay cifras oficiales.
Aún así, podrá seguir usando las reservas de oro, valoradas en 133.000 millones de dólares. "Sin embargo, está por ver si otros bancos centrales (por ejemplo, el Banco Popular de China) estarían dispuestos a ofrecer ayuda al el CBR ante la amenaza de medidas de represalia por parte de Estados Unidos", exponen.
Ante esta situación, el Banco Central de Rusia podría proponer un plan para los depósitos denominados en rublos para compensar a los titulares de los mismos por las pérdidas relacionadas con la depreciación de la moneda. Sostienen que "una medida de este tipo ayudaría a resolver dos problemas simultáneamente: proporcionaría un incentivo para el retorno al sistema bancario del efectivo retirado recientemente de los bancos; y disminuiría la presión sobre el rublo de las conversiones de los ahorros de los hogares en otras divisas". Sin embargo, esto podría tener un coste fiscal alto si no se logra evitar una mayor caída del rublo.