Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, se reunirá este miércoles en Washington con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, para intentar calibrar una respuesta adecuada al ataque con misiles lanzado por Irán sobre territorio hebrero la semana pasada.
Washington considera que la respuesta de Israel debe ser contenida y centrada en objetivos militares, excluyendo instalaciones nucleares o petrolíferos iraníes.
La intención sería que el ataque fuera lo suficientemente significativo para que Israel quede satisfecho, pero que no provoque una escalada de la tensión ni otra respuesta aún mayor por parte de Teherán.
"Si Gallant va a Estados Unidos esta semana, está claro que la respuesta de Israel contra Irán se ha retrasado", ha señalado Aaron David Miller, miembro senior del Carnegie Endowment for International Peace y ex negociador árabe-israelí del Departamento de Estado, según recoge 'Bloomberg'.
"Las complejidades de la escalada y la necesidad de convencer (y quizás coordinar) la respuesta de Israel con Estados Unidos parecen ser lo más importante", ha añadido este experto.
Por su parte, el director de la CIA, William Burns, ha advertido sobre los peligros que entraña la escalada de las tensiones entre Irán e Israel.
"Nos enfrentamos al peligro muy real de una mayor escalada del conflicto regional. Se puede ver el potencial de colisiones involuntarias y malentendidos", ha indicado Burns.
En este sentido, ha añadido que "el liderazgo israelí está sopesando muy cuidadosamente cómo va a reaccionar" al ataque de Irán y tendrá en cuenta las preocupaciones de la Casa Blanca.
