¿Por qué el mercado alaba el aumento de la edad de jubilación propuesto por Emmanuel Macron pese a las protestas que ha desatado? Esa es la pregunta que se hacen muchos inversores, que quizá no entiendan por qué una medida tan polémica, y que Francia lleva postergando años, se ha puesto precisamente ahora sobre la mesa. Los expertos son claros: el país está en una encrucijada económica y tiene que hacer algo para resolverlo antes de que sea demasiado tarde.
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Macron: Francia va con "retraso" en materia de pensiones y ve "justa" su reforma"Hace tiempo que debería haberse llevado a cabo una reforma", apuntan los expertos de Rabobank sobre la propuesta del Gobierno de Macron para retrasar progresivamente la edad de jubilación desde los 62 años actuales hasta llegar a los 64 años para 2030. Explican que "aunque es comprensible que los franceses no estén muy dispuestos a renunciar a su edad de jubilación relativamente baja, hace tiempo que debería haberse producido un cambio en el sistema de pensiones".
Francia tiene un sistema público de pensiones que se basa en un sistema de reparto, lo que significa que las prestaciones de jubilación actuales se financian con las cotizaciones de los trabajadores en activo. "En teoría funciona bien, pero los grandes cambios demográficos pueden ejercer presión sobre el sistema al deteriorarse la proporción entre beneficiarios y cotizantes", remarcan los analistas de la entidad holandesa.
En concreto, apuntan que si no se modifica el sistema de pensiones, la proporción entre jubilados y población en edad de trabajar se reducirá a 1,6 en 2050, frente al 2,3 actual, o frente al 4,0 de 1960. "Así que el tiempo no juega precisamente a favor de Francia", comentan, para recordar a continuación que ese no es el único problema al que se enfrenta el país.
Dado que el sistema de pensiones francés se financia en gran parte con fondos públicos, "el sistema amenaza con hacer descarrilar también las finanzas públicas", comentan desde Rabobank. "Se calcula que, de no modificarse el sistema, el déficit ascendería a 13.500 millones de euros (0,5% del PIB) en 2030", remarcan para explicar la profundidad del problema al que se enfrenta la economía gala.
En opinión de estos expertos, el actual problema del coste de la vida hace que recortar las prestaciones nominales de jubilación o aumentar las cotizaciones a la pensión sean "soluciones poco realistas". En cambio, el aumento de la edad de jubilación "parece resolver ambos aspectos de la cuestión, al permitir periodos de cotización más largos y periodos de percepción de prestaciones más cortos", destacan en un reciente informe.
Si la reforma sale adelante, los cálculos apuntan que para 2030 el aumento de la edad de jubilación a 64 años generará un superávit de 4.200 millones de euros, en lugar de un déficit de 13.500 millones.
Y las razones económicas también las esgrimen los analistas de Pantheon Macroeconomics, que creen que son un argumento "de peso". "Aumentar la oferta de mano de obra en una economía que envejece y cuya esperanza de vida aumenta es bueno para el crecimiento económico tendencial", apuntan en un informe.
En el caso de Francia, dicen estos expertos, ese impulso al crecimiento subyacente también "sería clave para equilibrar un déficit presupuestario estructural, que crecerá con el tiempo en ausencia de reforma, debido principalmente a una parte relativamente alta del gasto en pensiones y prestaciones de vejez". Y es que el país galo está a la cabeza en los ranking al respecto.
Desde la firma británica recuerdan que el Gobierno francés dedicó a prestaciones de vejez y supervivencia un gasto equivalente al 13,6% del PIB en 2017, frente al 10,4% en 2000 -casi el doble de la media de la OCDE-, "engullendo" casi una cuarta parte del gasto público total. En su opinión, "desde el punto de vista de la política macroeconómica, es obvio aumentar la edad de jubilación en consonancia con el aumento de la esperanza de vida, dadas estas condiciones iniciales".
Actualmente los datos sobre el gasto público y pensiones de Francia difieren según las fuentes, aunque Pantheon señala que el gasto público en vejez del país se situaba en torno al 13% del PIB antes de la pandemia, unos 2 puntos porcentuales más que en el conjunto de la zona euro.
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Francia propone elevar progresivamente la edad de jubilación hasta los 64 añosBENEFICIOS PARA EL MERCADO LABORAL
Rabobank se refiere, además, a los efectos positivos que podría tener la reforma sobre el mercado laboral. "Francia tiene un mercado laboral muy difícil de reformar (los franceses son famosos por sus protestas) y, en consecuencia, una tasa de desempleo relativamente alta. Sin embargo, en los dos últimos años la tasa de desempleo ha disminuido constantemente hasta situarse en el 7,1%".
Sigue siendo alta, pero hay que tener en cuenta que "es probable que la evolución demográfica haga mella en el mercado laboral francés", dado que la población en edad de trabajar se reducirá un 0,35% de media anual entre 2020 y 2050, sin que cambie la edad de jubilación, con un descenso más acusado entre 2030 y 2040.
"Si la edad de jubilación fuese de 64 años, la reducción sería menor, del 0,2%, mientras que un aumento a 65 años (como propuso inicialmente Macron) reducirá la contracción al 0,1% anual", defienden los expertos del banco holandés. Y en 2050 la población en edad de trabajar será de 1,5 millones si la edad de jubilación se retrasa hasta los 64 años, e incluso subiría a 2,3 millones si se retrasa hasta los 65 años.
Elevar la edad de jubilación es, por tanto, una "opción relativamente sencilla y acertada", aunque hay otro elemento que también podría contribuir a mejorar la situación de Francia: mejorar la tasa de actividad. Actualmente, para las personas de entre 15 y 5 años, se sitúa en el 77%, cifra ligeramente superior a la media de la UE, del 75%, pero que está lejos de las tasas que muestran otras grandes economías europeas, como Alemania o Reino Unido, donde alcanza el 80,5%. "La población activa de Francia podría aumentar en 1,4 millones de trabajadores si consiguiera elevar su tasa de participación", destaca Rabobank, que estima que el impacto de esta medida en el mercado laboral sería similar a retrasar la edad de jubilación a 64 años.
Macron tiene ante sí una tarea complicada, dada la férrea oposición de los sindicatos y la ciudadanía francesa a su propuesta y a que no cuenta con la mayoría necesaria para sacarla adelante por sí mismo en el Parlamento galo. Necesita el apoyo de otros partidos, aunque todo apunta que la medida podría salir adelante, dado que a priori cuenta con el respaldo de Les Républicains. Aunque si no fuese así, siempre podría recurrir al artículo 49.3, que le permite aprobar leyes sin el consentimiento del Parlamento, pero si lo hace se arriesga a una moción de censura.
"A pesar de la feroz oposición a las reformas, esperamos que la legislación sea aprobada", comentan los expertos de Rabobank. "Hay mucho en en juego, y dado que Macron está cumpliendo su último mandato, se ha comprometido a aprobar las reformas esta vez". Como dicen, Macron "considera que la reforma del sistema de pensiones forma parte de su legado como presidente de Francia" y de ahí su interés por sacarla adelante, concluyen.