Julian Assange, el fundador de Wikileaks, ha quedado en libertad tras un acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos. El periodista se declarará culpable de un cargo violación de la Ley de Espionaje estadounidense, pero no ingresará en prisión tras haber pasado 5 años en una prisión de Reino Unido.
De esta manera, a sus 52 años, podrá regresar a su Australia natal, después de hacerse célebre en 2010 tras filtrar miles de documentos militares y diplomáticos americanos a través de Wikileaks.
Bajo el acuerdo, Assange se declarará culpable ante un tribunal de Islas Marianas del Norte, en el Océano Pacífico, en un juicio que se celebrará este miércoles. Su delito implica una pena de prisión de 10 años, pero el acuerdo permitirá al periodista quedar en libertad bajo fianza.
Estados Unidos acusaba a Assange de 17 delitos contra la Ley de Espionaje, que implicaban una pena de prisión de 170 años, ya que filtró aproximadamente 250.000 documentos de Inteligencia gracias a la ayuda de Chelsea Manning, que fue condenada a 35 años y pasó 7 años en la cárcel.
Sin embargo, tras este acuerdo, Assange pone fin a un culebrón que ha durado más de una década. Pidió asilo en la embajada de Ecuador en Londres en 2012, pero desde 2019 permanecía en una prisión británica tras retirarle el país latinoamericano su estatus de asilado.
“Julian Assange está libre. Abandonó la prisión de máxima seguridad de Belmarsh en la mañana del 24 de junio, tras haber pasado allí 1901 días. El Tribunal Superior de Londres le concedió la libertad bajo fianza y fue puesto en libertad en el aeropuerto de Stansted por la tarde, donde embarcó en un avión y partió del Reino Unido”, ha publicado Wikileaks en la red social X.
“Tras más de cinco años en una celda de 2x3 metros, aislado 23 horas al día, pronto se reunirá con su esposa, Stella Assange, y sus hijos, que solo han conocido a su padre entre rejas”, ha añadido su organización.