Hace décadas, el mercado bursátil indio dejó de ser una 'perla escondida'. Ha actuado tres veces mejor que la Región Asia-Pacífica desde 2003 y ha superado el todopoderoso S&P 500 por encima del 20% desde mayo de 2020. ¿Puede esto continuar?
Los puntos fuertes estructurales de la democracia más poblada del mundo son bien conocidos: la población joven y el hecho de que el inglés esté muy extendido. Desde 1990 se ha convertido en una economía de mercado cada vez más integrada y liberal, y ha crecido a un ritmo constante del 6%-7% en los últimos 20 años.
Esperamos unas tasas de crecimiento similares en 2024, conducidas por un sector manufacturero competitivo y un crecimiento en el sector servicios. Las exportaciones de servicios relacionados con la tecnología aumentaron en 60.000 millones de dólares hasta alcanzar los 300.000 millones en 2022. Se espera que la mano de obra en servicios tecnológicos se duplique hasta alcanzar los 11 millones en 2031. Además, India está impulsando su transición ecológica, estimulando la inversión en nuevos sectores como el hidrógeno verde, los vehículos eléctricos y los paneles solares.
India se compara favorablemente con China
Las ventajas fundamentales de India se aprecian mejor si se comparan con China: 1) se prevé que su población activa continúe creciendo y alcance su máximo en 2040, mientras que la de China ya alcanzó su máximo en 2015; 2) las grandes compañías han recibido mucho menos apoyo público y han estado expuestas a más competición, y sugieren que están más en forma; 3) la potencial recuperación del país es sustancial: los ingresos de India per cápita son 2.500 dólares contra los 12.700 dólares de China; 4) En el marco geopolítico: India se está beneficiando de la creciente disputa entre China y el Este.
Por otro lado, China lidera claramente la velocidad de toma de decisiones económicas y empresariales y su implementación. Esta infraestructura está más avanzada y disfruta del dominio en ciertos sectores. Sin embargo, las empresas que cotizan en bolsa en la India han superado claramente a sus homólogos chinos en el pasado.
Las elecciones nacionales en 2024 podría ser un evento crítico
Un importante catalizador del reciente éxito de la India ha sido Narendra Modi, primer ministro desde 2014. Ha acelerado la abolición de muchas barreras informales y formales al comercio interior, por ejemplo, introduciendo el impuesto nacional sobre bienes y servicios. Por lo tanto, las próximas elecciones en primavera en el 2024 serán de importancia para los inversores.
Es probable que prefieran que Modi, que actualmente es popular a nivel nacional, se mantenga en el poder. Esto debería incrementar las posibilidades de que el impulso de la digitalización, que promete un crecimiento más rápido y mayor de la productividad en diversos sectores, continúe. Pero hay un riesgo a medio plazo, y es que los controles y equilibrios políticos se debilitan si un partido y un líder permanecen en el poder durante más de una década.
No es barato, pero tiene valor a largo plazo
El atractivo de la India tiene un precio. El índice MSCI ha crecido aproximadamente un 8% este año, superando a Pan-Asia, frente a la que ahora cotiza con una prima de valoración del 50%, frente a una media del 40% en los últimos 10 años. No obstante, en nuestra opinión, sigue mereciendo la pena considerar la India. Como hemos señalado, tiene algunos puntos fuertes fundamentales, y también creemos que el interés internacional -y los flujos hacia la India- aumentarán. El mercado de bonos se está abriendo cada vez más e India busca más inversión extranjera directa. La próxima gran historia de la India no parece una moda efímera.