Henry Kissinger, histórico diplomático de Estados Unidos, ha muerto a los 100 años de edad. Su figura es considerada como una de las más influyentes en el escenario geopolítico del siglo XX por su destacada carrera en la política exterior de Estados Unidos durante la Guerra Fría.
Nacido el 27 de mayo de 1923 en Fürth, Alemania, emigró a Estados Unidos con su familia en 1938 para escapar del régimen nazi en Alemania. Estudió en la Universidad de Harvard, donde obtuvo su licenciatura y luego su doctorado en relaciones internacionales. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió en el Cuerpo de Contrainteligencia del Ejército de los Estados Unidos.
Después de completar sus estudios, Kissinger se convirtió en profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Harvard. Sin embargo, su vida daría un giro importante cuando fue reclutado para trabajar en la administración del presidente John F. Kennedy en la década de 1960.
Sirvió como Asesor de Seguridad Nacional desde 1969 hasta 1975 y como Secretario de Estado desde 1973 hasta 1977, bajo los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford.
Uno de los momentos más destacados de su carrera fue su papel en las negociaciones de paz que llevaron al Acuerdo de Paz de París en 1973, que puso fin a la participación directa de Estados Unidos en la Guerra de Vietnam. Por estos esfuerzos, Kissinger fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1973, junto con Le Duc Tho, aunque este último declinó el premio.
Kissinger continuó desempeñando un papel importante en la política exterior estadounidense durante la administración del presidente Gerald Ford. También tuvo un papel destacado en las negociaciones para normalizar las relaciones entre Estados Unidos y China en la década de 1970.
Sus negociaciones allanaron el camino para la histórica visita de Nixon a China en 1972, que marcó el inicio de la normalización de las relaciones entre ambos países.
Además, también estuvo involucrado en la política exterior de Estados Unidos hacia la Unión Soviética. Negoció sobre control de armamentos, incluyendo conversaciones estratégicas como el Tratado de Limitación de Armas Estratégicas (SALT) y el Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM).
Su enfoque en la distensión, o la reducción de tensiones, ayudó a mejorar las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en un momento en que las tensiones de la Guerra Fría estaban en su apogeo.
MUY CRITICADO EN AMÉRICA LATINA
Su figura es muy criticada por su papel controvertido en la política de Estados Unidos hacia América Latina durante los años 70. Su enfoque estaba fuertemente influenciado por la doctrina de la seguridad nacional, que veía a los movimientos de izquierda como amenazas potenciales para los intereses estadounidenses en la región.
Uno de los episodios más notorios en este sentido fue la política de "realismo político" implementada por Kissinger durante su tiempo como Secretario de Estado en la administración Nixon y luego en la administración Ford. Este enfoque implicaba, en algunos casos, el apoyo a regímenes autoritarios y represivos en América Latina bajo la premisa de que eran aliados anti-comunistas en la lucha contra la expansión del comunismo.
El caso más criticado es Chile, ya que Kissinger desempeñó un papel clave en la planificación y ejecución del golpe militar de 1973 que derrocó al gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende. Allende, el primer presidente socialista en ser elegido democráticamente en América Latina, fue visto con recelo por Estados Unidos debido a sus políticas de nacionalización y reforma agraria. El gobierno militar que surgió después del golpe, encabezado por el general Augusto Pinochet, fue apoyado por Estados Unidos, a pesar de las violaciones a los derechos humanos y la represión política que caracterizaron a su régimen.
En otros países de América Latina, como Argentina y Uruguay, Kissinger también fue criticado por el apoyo de Estados Unidos a regímenes militares represivos que llevaron a cabo operativos clandestinos, incluidos secuestros y asesinatos, contra disidentes políticos. Este período fue conocido como la "Operación Cóndor", una coordinación de inteligencia entre los gobiernos militares de la región con el apoyo de Estados Unidos.
La política de Kissinger en América Latina ha sido objeto de críticas significativas, especialmente en relación con las violaciones a los derechos humanos y la falta de apoyo a los movimientos democráticos en la región. Aunque se argumenta que su enfoque estaba enmarcado en la lucha contra la expansión del comunismo, muchos lo ven como un respaldo a regímenes autoritarios que cometieron graves abusos contra los derechos humanos en nombre de la estabilidad geopolítica.