Londres acoge este martes a los ministros de Exteriores y de Desarrollo del G7, reunidos en una cumbre que se prolongará hasta el miércoles y en la que se abordarán las “amenazas” internacionales a la democracia y la recuperación de la pandemia de coronavirus.
Las sesiones de diálogo entre los representantes de los distintos integrantes del grupo -la Unión Europea, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Canadá y Japón- comenzarán a primera hora de la mañana para abordar cuestiones como las actuaciones de Rusia en la frontera con Ucrania o la creciente influencia internacional de China.
En la cumbre, según recoge la Agencia EFE, habrá espacio para hablar también sobre estrategias conjuntas para combatir el cambio climático, así como para perfilar planes para mejorar la educación de las niñas en todo el mundo e impulsar los derechos humanos.
Los países del grupo han acordado dedicar 15.000 millones de dólares (12.400 millones de euros) a financiar proyectos y empresas que favorezcan el “empoderamiento económico” de las mujeres en países en vías de desarrollo, tal y como ha apuntado el anfitrión de la cumbre, Dominic Raab.
Asimismo, se han comprometido a respaldar un plan que permita escolarizar a 40 millones de niñas en el próximo lustro.
En las sesiones de diálogo de la mañana se debatirá además acerca de la situación en Birmania. Se proyectará un vídeo informativo sobre la situación actual en ese país y Raab urgirá al resto de ministros a “tomar medidas más contundentes” contra la junta militar que gobierna el país tras un golpe de Estado, según ha avanzado el Gobierno británico.
También se analizará la situación en Libia y Siria, mientras que por la tarde el diálogo se centrará en Etiopía, Somalia, el Sahel y los Balcanes.
Se tratará además la “actividad maliciosa” de Rusia, incluido el envío de tropas a la frontera con Ucrania y la detención del opositor Alexéi Navalny, detalló el Foreign Office.
Esta reunión ministerial, que es la antesala de la cumbre de líderes prevista para junio en Cornualles (suroeste de Inglaterra), acogerá a representantes de Australia, Suráfrica, India y Corea del Sur, un gesto que subraya la importancia geopolítica que ha cobrado la región del Indo-Pacífico.
Los ministros de esos países asistirán a una cena de trabajo conjunta al final de la jornada del martes, pero no tomarán la palabra en los principales debates de la cumbre.
Esta es la primera reunión del G7 que se realiza de manera íntegramente presencial en los últimos dos años, debido a las restricciones que ha impuesto la pandemia de coronavirus.
“La presidencia británica del G7 es una oportunidad para juntar a las sociedades abiertas y democráticas, y demostrar unidad en un momento en que es especialmente necesaria para combatir los retos conjuntos y las amenazas crecientes”, dijo Raab en un comunicado.