El Senado de Estados Unidos ha aprobado este sábado la reforma fiscal impulsada por el Partido Republicano y el presidente de EEUU, Donald Trump, por la que se reduce el impuesto de sociedades a las grandes corporaciones para potenciar su inversión e incrementaría en los próximos años en 1,4 billones de dólares la deuda nacional para impulsar la economía.
La votación se ha solucionado por 51 votos a favor por 49 en contra, y ahora comenzarán las conversaciones con la Cámara de Representantes, que también ha redactado su propia reforma, para concordar las dos versiones en una sola ley y que Trump la firme. El presidente quiere que ello suceda antes de finales de año, para apuntarse su primera gran victoria legislativa, algo que le ha resultado muy difícil de hacer hasta el momento a pesar de que su partido controla ambas cámaras del Congreso.
Los demócratas han criticado duramente no solo la esencia de la reforma, que entienden como un regalo al sector más rico de la población a costa de la clase media, sino también el secretismo de la votación dado que el borrador final de la reforma no ha estado disponible para el público hasta pocas horas antes de la votación, con enmiendas a mano de última hora, con errores de forma y vulnerables a la manipulación a posteriori.
"Han cogido una mala reforma y la han hecho peor", ha declarado el líder de la minoría democrática en el Senado, Chuck Schumer. "Lo han hecho, además, en la sombra, con prisas, y con una batería de cambios de última hora que no hace sino meter más dinero en los bolsillos de los ricos y de las corporaciones", ha lamentado.
CAMBIOS
Quizás el cambio más destacado es el recorte del impuesto sobre sociedades del 35 por ciento al 20 por ciento, así como la exención de la mayor parte de los impuestos sobre beneficios recaudados en el extranjero, uno de los grandes objetivos que los grupos de presión de Washington han perseguido durante años.
Además, el grupo de estudios no partidista Tax Policy Center, a diferencia de la opinión de los demócratas, sí percibe que esta nueva reforma podría comportar una reducción de los impuestos para todos los niveles de ingreso en 2019 y 2025, pero sí reconoce que los más beneficiados serán los estadounidenses que más dinero ganan.
Por otro lado, la reforma fiscal del Senado garantiza ahora deducciones inmobiliarias, a nivel estatal y local de hasta 10.000 dólares, en lo que ha supuesto una alteración de última hora para ajustarla a la versión de la cámara.
El llamado impuesto mínimo alternativo o AMT -- un impuesto suplementario aplicado a personas y empresas bajo condiciones excepcionales -- no será anulado por completo. Para los individuos se realizará un ajuste y para las empresas se mantendrá tal y como está.
Con esta victoria, Trump también consigue modificar parcialmente la reforma sanitaria de su predecesor, Barack Obama, algo que no consiguió en su momento por los cauces tradicionales en una de sus mayores derrotas legislativas. La reforma fiscal elimina una tarifa que pagaban algunos estadounidenses sin seguro médico. Los críticos aducen que esta medida revertirá en un incremento generalizado del coste de las pólizas.