El Secretario de Estado Mike Pompeo ha anunciado un levantamiento de las restricciones a los contactos entre los funcionarios estadounidenses y sus homólogos taiwaneses, una medida bien recibida por Taiwán pero calificada por algunos observadores como un truco publicitario probablemente diseñado para enfadar a China.
El anuncio llegó tarde el sábado, sólo 11 días antes de la salida del presidente Donald Trump, cuyas relaciones exteriores se han definido por el aumento de las hostilidades con Pekín. En una declaración, Pompeo dijo que el Departamento de Estado de EEUU se había impuesto a sí mismo las complejas restricciones internas "en un intento de apaciguar el régimen comunista de Pekín", y ahora las estaba levantando todas.
Las directrices incluían restricciones sobre dónde podían reunirse los representantes, y limitaban los rangos permitidos para asistir a las celebraciones del día nacional de Taiwán. También decían que los EEUU no debían referirse a Taiwán como un "país" o "gobierno".
