El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha declarado este miércoles que no hará públicos los contenidos de la comunicación entre Washington y Moscú. Según Blinken, "la diplomacia tiene la mejor oportunidad de tener éxito si brindamos espacio para conversaciones confidenciales".
El secretario de Estado sí ha apuntado que EEUU ha ofrecido "una vía diplomática seria" al conflicto en Ucrania. Asimismo, ha adelantado que Washington ya ha dejado claro públicamente que algunas de las exigencias rusas no son posibles, incluyendo la principal demanda de que se prohíba a Ucrania unirse a la OTAN. "Defendemos el derecho de Ucrania a su soberanía y el derecho de los países a elegir sus alianzas", ha declarado.
Las declaraciones de Blinken siguen a la entrega, por parte del embajador estadounidense en Rusia, John Sullivan, de las respuestas de Washington a un amplio conjunto de exigencias de seguridad que Moscú ha planteado a Occidente, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia en declaraciones recogidas por 'Reuters'.
Rusia expuso a finales del año pasado una serie de demandas de seguridad, incluida la exigencia de que Kiev nunca entrara en la OTAN. También pidió que se detuviera la expansión de la alianza militar occidental.
Por su parte, Rusia está esperando la respuesta de la OTAN. El titular de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha señalado que el país espera una respuesta "constructiva" de EEUU y la OTAN a sus exigencias. "Si no hay una respuesta constructiva, tomaremos las respectivas medidas de respuesta", ha advertido Lavrov.
El aumento de las tropas rusas en Bielorrusia y en las proximidades de su ex vecino ucraniano ha hecho temer que Rusia esté planeando un nuevo ataque contra Ucrania. Moscú ha negado cualquier plan de este tipo, pero dice que podría tomar medidas "técnico-militares" no especificadas a menos que se cumplan sus demandas. Ante esto, Blinken ha declarado que se responderá "inmediatamente" a una agresión rusa, con el objetivo de "defender la integridad territorial de Ucrania". "Estamos preparados para todo", ha apostillado, si bien ha declarado que EEUU prefiere que no haya una batalla.