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El acuerdo del Brexit que el primer ministro británico, Boris Johnson, y la UE han sacado adelante horas antes de la cumbre de líderes de la Unión Europea (UE) tiene aún que pasar por la aprobación del DUP, el partido unionista de Irlanda del Norte, que ha confirmado que su posición de bloqueo inicial no ha cambiado. La cuestión aduanera en Irlanda es un escollo insalvable para los socios del líder ‘torie’, según han explicado en un comunicado emitido este jueves por la mañana.

La formación ha emitido una declaración de Arlene Foster y Nigel Dodds en la que explican que "tal como están las cosas, no podemos apoyar lo que se sugiere sobre cuestiones aduaneras y hay una falta de claridad sobre el IVA”.

"Continuaremos trabajando con el Gobierno para tratar de lograr un acuerdo razonable que funcione para Irlanda del Norte y proteja la integridad económica y constitucional del Reino Unido”, han agregado.

Los negociadores de la Unión Europea y de Reino Unido apuran hasta el último momento en las reuniones nivel técnico para tratar de cerrar antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE de este jueves un acuerdo que salve los últimos escollos y permita un Brexit ordenado.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha comparecido este jueves para enviar un mensaje positivo. "Negociaremos hasta el último momento", ha declarado, para añadir que "se han hecho avances significativos". "Estamos mejor de lo que estábamos, pero no hemos llegado a nuestro objetivo", ha sentenciado.

A lo largo del miércoles, varios líderes europeos han tratado de enviar mensajes de optimismo sobre las perspectivas de solución a pesar de que el negociador europeo, Michel Barnier, avisaba de que seguía habiendo trabajo por hacer y problemas clave que resolver.

En todo caso, el peor escenario de una ruptura traumática el próximo 31 de octubre por el fracaso de las negociaciones parece descartado por la mayoría de fuentes consultadas, que ven más plausibles otros escenarios que pasan por un acuerdo o por un nuevo aplazamiento del Brexit.

Los esfuerzos se centran en finalizar un texto legal que presentar a los líderes en su cumbre de Bruselas, de modo que pudiera someterse al difícil voto del Parlamento británico el próximo sábado y la semana que viene, al del pleno del Parlamento europeo.

Ello permitiría, de acuerdo a diplomáticos europeos, que el acuerdo estuviera a punto para que a finales de mes se produjera el divorcio en calma, aunque para ello es imprescindible que Westminster, que ha tumbado el acuerdo de retirada en tres ocasiones, diera luz verde.

Si no es posible resolver los flecos para redactar un texto jurídicamente vinculante y con soluciones factibles a tiempo para la cumbre, pero hay consenso entre las partes, la solución pasaría por que los líderes anunciaran un principio de acuerdo que sería ultimado más adelante, gracias a una prórroga corta de carácter técnico.

Incluso en el caso de que las negociaciones descarrilaran, la Unión Europea no teme ya que el fracaso llevara a un Brexit "duro" el próximo 31 de octubre, porque recuerdan que el primer ministro británico, Boris Johnson, estaría obligado a pedir una prórroga, como le exige Westminster.

Esta prórroga, advierten algunas capitales como París, no sería "a cambio de nada", sino que debería estar condicionada a "cambios políticos fundamentales" en Reino Unido, por ejemplo con la celebración de elecciones.

LÍDERES OPTIMISTAS

El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, dijo este miércoles que las "bases principales del acuerdo están listas", aunque vuelve a tener "dudas" de si se podrán resolver los últimos problemas a tiempo.

"Teóricamente, podríamos aceptar este acuerdo mañana con Reino Unido y evitar el caos y todos los desastres ligados a una salida descontrolada", ha asegurado Tusk desde Bruselas, en declaraciones a las cadenas polacas TVN24 y Polsat News.

Más tarde, tras reunirse en Toulouse (Francia), el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, se mostraban confiados sobre las perspectivas de éxito.

"Por lo que he oído en los últimos días, pienso cada vez más que lograremos ese acuerdo", ha opinado Merkel, para quien la fase de negociación se encuentra en el "sprint final". "Comparto la esperanza y la voluntad de poder respaldar un acuerdo que espero llegue en las próximas horas. En todo caso, los ecos que nos llegan hoy son positivos", ha declarado Macron.

Entretanto, Barnier, desde hace días en la "negociación túnel" que mantiene a los equipos técnicos alejados de interferencias para favorecer los avances, se ha reunido ya al inicio de la noche del miércoles con los embajadores de los Veintisiete y con el grupo de la Eurocámara responsable del Brexit para hacer balance.

Lo que Barnier ha trasladado a sus interlocutores europeos es que se han logrado "progresos importantes" en las últimas horas, aunque no se haya logrado llegar aún a la finalizar un texto legal que reúna todas las garantías que espera la UE, según han indicado a Europa Press fuentes europeas.

Con todo, mantiene cierto optimismo porque cree que aún es posible una solución que salve el acuerdo a tiempo para que sea examinado por los líderes europeos en su cumbre de este jueves, por lo que las negociaciones a nivel técnico han proseguido a lo largo de la noche.

ÚLTIMOS ESCOLLOS

Los problemas siguen estando en el sistema alternativo que diseñan las partes para reemplazar la salvaguarda irlandesa que Londres rechaza de plano, pero que la UE ve como irrenunciable para evitar la vuelta a una frontera dura en el Úlster y para proteger la integridad del Mercado Único.

El principal escollo parece salvado toda vez que Londres ha asumido que es necesario un sistema robusto para el control aduanero de Irlanda del Norte y que el principio de una frontera en el mar, entre las dos islas, en lugar de terrestre, entre las dos irlandas, es "mucho más factible", ha resumido un alto diplomático.

Con todo, las últimas dificultades tienen que ver con cómo solucionar la cuestión del IVA en la región británica de Irlanda del Norte y el principio de consentimiento que los británicos quieren para la Asamblea norirlandesa.

La posibilidad de veto para Belfast que planteó Johson en su primera propuesta fue rechazada de partida por la Unión Europea, porque permitiría a esta región acabar con la salvaguarda irlandesa desde el día después del Brexit. A cambio, los negociadores trabajan en una alternativa que permitiría a Stormont decidir tras un primer periodo de cuatro años de salvaguarda si prorrogar este mecanismo durante otros cuatro u ocho años, en función de la mayoría obtenida en votación, o solo de dos años si los parlamentarios votan en contra.

En todo caso, si los negociadores logran trasladar a un texto legal un acuerdo para Irlanda e Irlanda del Norte satisfactorio para las dos partes, tampoco se podrá dar por seguro el acuerdo hasta que se compruebe si la Cámara de los Comunes da su bendición.

La dudas respecto a la capacidad de Johnson para lograr los apoyos suficiente a un pacto que en sus líneas principales está muy cerca del que logró May mantendrán la incógnita hasta que el Parlamento británico se pronunciara el sábado.

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