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Gasoducto Nord Stream 2.

La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha proporcionado este jueves un plan a la Unión Europea mediante el cual podría reducir su dependencia de las importaciones de gas ruso. Se trata una combinación de medidas que pueden formar parte del Acuerdo Verde Europeo y que respalda la seguridad energética y la asequibilidad.

"La dependencia de Europa del gas natural importado de Rusia ha vuelto a ponerse de relieve con la invasión rusa de Ucrania", comenta la AIE en un comunicado, afirmando que el decálogo de medidas "incluye una serie de acciones complementarias que se pueden tomar en los próximos meses, como recurrir más a otros proveedores, recurrir a otras fuentes de energía y acelerar los esfuerzos para proporcionar a los consumidores, las empresas y la industria con los medios para utilizar alternativas limpias y eficientes al gas natural".

Para ejemplificar de la dependencia de Rusia, los 155.000 millones de metros cúbicos de gas natural que se importaron de este país representaron el 45% del total de importaciones y el 40% del consumo. El progreso hacia las ambiciones netas cero de Europa reducirá su uso y las importaciones de gas con el tiempo, pero la crisis actual plantea la pregunta específica sobre estas compras y qué más se puede hacer en el futuro inmediato para reducirlas.

"El uso de Rusia de sus recursos de gas natural como arma económica y política muestra que Europa necesita actuar rápidamente para estar lista para enfrentar una incertidumbre considerable sobre el suministro de gas ruso el próximo invierno”, ha afirmado el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

"Más que nunca, es esencial deshacerse de los combustibles fósiles rusos y de los combustibles fósiles en general. Lo que está en juego es tanto la necesidad de acelerar la lucha contra el cambio climático como la seguridad energética a corto plazo del continente europeo", ha señalado Barbara Pompili, ministra de Transición Ecológica en Francia.

"Reducir nuestra dependencia del gas ruso es un imperativo estratégico para la Unión Europea", indica Kadri Simson, comisario europeo de Energía.

EL DECÁLOGO

Las medidas propuestas por la AIE son las siguientes:

  • No firmar ningún nuevo contrato de suministro de gas con Rusia, permitiendo una mayor diversificación de la oferta.
  • Reemplazar los suministros de gas con fuentes alternativas.
  • Introducir obligaciones mínimas de almacenamiento de gas, mejorando la resiliencia del sistema para el próximo invierno.
  • Acelerar el despliegue de nuevos proyectos eólicos solares, reduciendo el uso de gas en 6.000 millones de metros cúbicos en un año.
  • Maximizar la generación de energía a partir de bioenergía y nuclear, reduciendo el uso del gas en 13.000 millones de metros cúbicos al año.
  • Promulgar medidas fiscales a corto plazo sobre las ganancias inesperadas para proteger a los consumidores vulnerables de electricidad de los altos precios, reduciendo las facturas de energía incluso cuando los precios del gas son altos.
  • Acelerar el reemplazo de calderas de gas por bombas de calor, reduciendo el uso de cas en 2.000 millones de metros cúbicos en un año.
  • Acelerar las mejoras de eficiencia energética en los edificios y la industria, con un impacto de 2.000 millones de metros cúbicos de gas anuales.
  • Fomentar una reducción temporal del termostato de 1 °C por parte de los consumidores, reduciendo así el uso de gas en 10.000 millones de metros cúbicos en un año.
  • Intensificar los esfuerzos para diversificar y descarbonizar las fuentes de flexibilidad del sistema eléctrico.

En conjunto, estos pasos podrían reducir las importaciones de gas ruso de la Unión Europea en más de 50.000 millones de metros cúbicos, o más de un tercio, dentro de un año, estima la AIE.

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