China vuelve a estar en el punto de mira mundial. Tras la decisión de dejar atrás la política de 'Cero-Covid' y relajar restricciones, el estallido de contagios se ha vuelto imparable en el país asiático. ¿Hay riesgo de que una nueva variante más peligrosa vuelva a parar el mundo?
"Se suponía que la gran reapertura de China después de tres años de aislamiento impuesto por el gobierno sería una bendición para la economía mundial, ayudaría a eludir una profunda recesión y rescataría el sentimiento de riesgo después de un año cruel para una serie de activos financieros. En lugar de ello, el abandono por motivos económicos de los estrictos protocolos de contención del virus por parte de Xi Jinping está provocando de nuevo en los mercados un dolor de cabeza por la inflación y una sensación de Deja Vu, golpeando de lleno a los cansados inversores", dice Stephen Innes, socio director de SPI Gestión de activos.
Como añade, el tsunami Covid de China "también está causando un alto grado de consternación ante la perspectiva de que Bloomberg lance titulares en rojo anunciando la identificación de una nueva cepa, lo que resulta especialmente preocupante, sobre todo con los nervios ya crispados tras un año de subidas de tipos, inflación galopante y una guerra desordenada a las puertas de la OTAN".
Con 40 millones de infecciones diarias en China y poca o ninguna visibilidad del estado del brote en el país, las autoridades sanitarias de otros países temen un aumento de los casos relacionados con los viajeros chinos, que ahora pueden volar por todo el mundo.
De hecho, ya son varios los países que han anunciado restricciones y controles a los viajes procedentes de China. EEUU, por ejemplo, pedirá un test negativo para ingresar al país a partir del 5 de enero. Las normas se aplican a personas de todas las nacionalidades y estados de vacunación. En Japón más de lo mismo, todos los viajeros de China continental deberán hacerse la prueba de Covid-19 al llegar.
Y en la Unión Europea (UE), Italia ha sido el primero en declarar que obligará a someterse a un prueba a todos los pasajeros que lleguen desde China, tanto a aquellos que tengan pensado pasar unos días en el país como a los que lo visiten en tránsito hacia otro destino. Mientras tanto, la Comisión Europea evalúa medidas coordinadas.