El Comité de Política Monetaria del banco central de Turquía ha mantenido sin cambios la tasa de tipos de interés que debía actualizar este jueves. De esta forma, continuará en el 14%. Todo ello después de una serie de recortes que han impulsado la inflación y devaluado la lira.
En un comunicado emitido en su propia web, el organismo monetario sostiene que "continuará utilizando con decisión todos los instrumentos disponibles hasta que los indicadores sólidos apunten a una caída permanente de la inflación y se logre la meta a mediano plazo del 5% en busca del objetivo principal de estabilidad de precios".
Sobre el comportamiento de los precios, apuntan a que "en el período reciente han sido impulsados debido a formaciones de precios poco saludables en el mercado de divisas, factores del lado de la oferta, como el aumento de los precios mundiales de los productos básicos agrícolas y alimentarios, restricciones de la oferta y desarrollos de la demanda. El Comité espera que el proceso de desinflación comience gracias a las medidas adoptadas para lograr una estabilidad financiera y de precios sostenible junto con la disminución de la inflación debido al efecto de base". Es por ello que han decidido mantener la tasa sin cambios.
En un contexto en el que los bancos centrales de todo el mundo se plantean subir los tipos para capear la inflación, el de Turquía decidió bajarlos. Con esto consiguió que los costes de endeudamiento cayeran 5 puntos porcentuales.
Esta situación hundió a la lira turca, para la que el presidente del país tuvo que idear un plan que pasaba por alentar a las personas a mantener sus ahorros en esta divisa a través de garantías que compensen las pérdidas.
Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, sigue insistiendo en reducir los costes de su pasivo para impulsar el crecimiento. Ha argumentado durante mucho tiempo que las altas tasas de interés son las que causan la inflación.