Las socimis (Sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria) están asentadas en España. Tras un inicio fallido en 2009, la reforma de su legislación en 2012 ha impulsado un crecimiento de un sector que cerrará 2017 con 51 sociedades, de las que 46 cotizan en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) y 5 en el Mercado Continuo, y más de 20.000 millones de capitalización.
El año 2017 será el de las ‘small caps’. Las pequeñas empresas por capitalización han permitido a los gestores de renta variable liderar los ranking de rentabilidad al batir al Ibex 35. Las opas o fusiones pendientes suponen un valor añadido para estas empresas.
Los bajistas dan tregua a la bolsa española. Al menos, a las compañías más presionadas. DIA, OHL, Sacyr o Cellnex han registrado descensos de los 'cortos', aunque el mayor descenso de posiciones cortas se produce en Bankia, donde bajan hasta mínimos desde junio. La cruz la pone Siemens Gamesa, donde aumentan hasta máximos desde agosto de 2012. También repuntan en Técnicas Reunidas. Entre los movimientos a la baja de los 'cortos' destaca el que se produce en Bankia, donde en dos semanas han disminuido desde el 4,51% del capital hasta el 2,49%. Esto es, se reducen casi a la mitad desde máximos históricos después de una escalada a lo largo del año. Ahora bajan hasta mínimos desde junio, coincidiendo con la venta del 7% del banco parcialmente nacionalizado por parte del Fondo de Reestructuración y Reordenación Bancaria (FROB). Estas colocaciones están marcadas como riesgos sobre la cotización por parte de los fondos y oportunidades para los bajistas, que han hecho caja este mes, aunque menor de lo esperado: las acciones apenas pierden un 1% en diciembre pese al varapalo del retroceso del 2,3% el día de la colocación, mientras que en 2017 acumulan ganancias del 6%.
El salario mínimo subirá en España entre 2018 y 2020. Pero seguirá a la cola de Europa, lo que supone una muestra más de la devaluación interna que ha permitido a la economía española volver a salir a flote tras la crisis. Pese a la congelación de los salarios, el mínimo legal aún se quedará por debajo del 40% del sueldo medio que superan casi todos los países de la Unión Europea.
