- Banco Popular controla un 4,576% del capital mientras que Credit Agricole tiene un 4,596%
- Los bancos y fondos que rescataron la empresa han ido desinvirtiendo
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Las grandes bancos y fondos que acudieron al rescate de Abengoa, y que con ello se convirtieron en sus principales accionistas, continúan con su proceso de desinversión. El último movimiento en esta dirección ha sido de CaixaBank, que ha reducido su participación en el capital de la firma andaluza desde el 4,226% hasta el 2,89%.
El largo proceso de preconcurso de acreedores derivó en la entrada de los acreedores en el capital de Abengoa y la disolución de los antiguos grandes accionistas. Aunque los bancos y los fondos no han llegado a Abengoa para quedarse en un capital valorado en bolsa en 320 millones de euros, frente a los 1.170 millones inyectados para evitar la que hubiera sido la mayor quiebra de la historia.
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Con la reducción de su participación por parte de CaixaBank, Credit Agricole y Banco Popular se quedan como los únicos en tener aún más del 4% en cada caso del accionariado de la empresa de construcción, energías renovables e ingeniería. Según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco francés dispone de un 4,596%, mientras que la entidad presidida por Emilio Saracho tiene un 4,576%.
El resto de acreedores ha ido desfilando. Santander redujo su participación desde el 9,6% hasta el 2,4%. Sabadell hizo lo propio al deshacerse completamente de su 3%. Lo mismo sucedió con los fondos Värde y De Shaw, que sumaban un 7%. Mientras que el propio Credit Agricole tiene un 4,596% que se ha reducido desde el 8,7% inicial.
Abengoa se desploma más de un 90% en bolsa este año, fruto de la cotización de 17.800 millones de nuevas acciones para diluir a la familia Benjumea y al resto de accionistas tradicionales. Algo que que ha acercado el precio unitario a cero.
Banco Popular, por su parte, es otro de los valores más castigados en la bolsa española acorde a las dudas sobre su solvencia. La entidad pierde un 25%, tras sufrir un crash de esta magnitud -que ha recuperado en parte- en Semana Santa después de que Saracho reconociera en la Junta General de Accionistas que están “cortos de capital” y que el futuro pasa por una ampliación o por una operación de consolidación.