- Galán supera a Botín y Pallete y ya es el segundo ejecutivo mejor pagado del Ibex por detrás de Pablo Isla (Inditex)
- La eléctrica cae un 3% acumulado durante su presidencia, cae un 40% desde el máximo de 2007 (11,4) y sube un 39% desde el mínimo en 2012 (2,9)
Cobró 25.616 euros al día en 2016, 1.067 euros a la hora, 17,8 euros por minuto o 29,6 céntimos cada segundo. Ignacio Sánchez Galán, salmantino de 66 años, se mantuvo en 2016 por décimo año consecutivo como uno de los empleados mejor pagados del Ibex 35, el índice que agrupa a las mayores empresas españolas por valor en bolsa. Tras la salida de César Alierta en Telefónica hace un año, el presidente de Iberdrola es junto a Francisco González (BBVA), Florentino Pérez (ACS), Rafael del Pino (Ferrovial) o Josep Oliu (Banco Sabadell) uno de los presidentes más veteranos en el Ibex 35 y uno de los pocos en superar la década como presidente.
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En 2016 percibió 9,3 millones de euros entre salario fijo, variable, dietas y retribución en forma de acciones. En la gran empresa, el salario no es un sueldo, sino una retribución que incorpora variables adicionales como variables en efectivo y en acciones, dietas por asistencia a reuniones e, incluso, gratificaciones extra por determinadas operaciones. Con esos 9,3 millones del pasado año, Galán supera la barrera de los 100 millones de euros percibidos desde que es presidente de la eléctrica (abril de 2006). A esa cifra hay que añadirle algunos millones por el periodo 2001-20016 en los que también fue alto ejecutivo en la empresa, aunque sólo su retribución como presidente está detallada desde 2007.
SIN CRECIMIENTO EN BOLSA O BENEFICIOS
Sánchez Galán (Salamanca, 30 de septiembre de 1950), casado y padre de cuatro hijos, fichó por Iberdrola en 2001 proveniente de Airtel, la operadora que fue adquirida por Vodafone a la familia Entrecanales y Abelló en el arranque del siglo XXI. Durante cinco años creció a la sombra de la familia Oriol hasta que convertirse en presidente ejecutivo en abril de 2006, pocos meses antes de que se desatase la guerra de las eléctricas y la batalla con la constructora ACS por el control del grupo.
Al contrario que Manuel Pizarro en Endesa, Galán puede presumir de haber sobrevivido al asalto que vivió Iberdrola por parte de actores hostiles como lo fueron las constructoras en 2006. Si Acciona terminó por ser decisiva en el posterior troceo de Endesa y venta a Enel, mientras que Iberdrola aguantó la embestida de Florentino Pérez y ACS rodeándose de accionistas afines a Galán como Bancaja o Unicaja, entre otras, y buscando el favor de los fondos de inversión extranjeros para su causa. Fue entonces cuando el actual presidente de Iberdrola emprendió una estrategia clave con la compra de Scottish Power en Reino Unido.
Aquella adquisición de más de 17.000 millones de euros dio a la eléctrica una dimensión internacional y le obligó ampliar capital con lo que diluyó el peso de sus accionistas. Entre ellos, la constructora ACS, que a partir de entonces comenzó a ver cómo su inversión oportunista perdía valor a pasos agigantados hasta el punto de generarle miles de millones en pérdidas, aspecto que todavía ahora está bajo la lupa de la CNMV española.
DÉCADA ESTABLE EN BENEFICIOS, INESTABLE EN BOLSA
Pero para Galán, la defensa de Iberdrola y la compra de Scottish también le generó pingües beneficios en forma de bonus extraordinarios entre 2007 y 2008, que dispararon su retribución anual por encima de los 16 millones de euros en ambos ejercicios, la mayor parte en forma de acciones de Iberdrola. Sin embargo, aquella remuneración terminó moderándose debido al crash bursátil de la eléctrica (-75%) entre 2007 y 2012, aunque desde entonces, Galán ha vuelto a situarse durante tres ejercicios (2014-2016) cerca de los 10 millones anuales, según los datos enviados por la empresa a la CNMV.
En la era Galán, la eléctrica cae en bolsa un 3% acumulado durante su presidencia, cae un 40% desde el máximo de 2007 (11,4) y sube un 39% desde el mínimo en 2012 (2,9). En conjunto, Iberdrola ha registrado beneficios netos acumulados de 26.577 millones de euros desde 2007, lo que supone un promedio anual de 2.657 millones. No se ha salido demasiado de este rango de beneficios desde entonces debido al carácter regulado de las tarifas del sector eléctrico. En 2016, la eléctrica superó ligeramente esa cifra con 2.705 millones en ganancias. La deuda financiera, en cambio, ha crecido un 47% desde los 20.000 millones de 2007 a los 29.414 millones que debía al cierre de 2016.