Las cláusulas suelo son los límites incorporados en los contratos de las hipotecas a tipo variable para que, en caso de que bajase el índice de referencia de los intereses, este no se reflejase en un abaratamiento de las cuotas de las hipotecas. Asinver (Asociación Europea de Inversores Profesionales) ha elaborado un breve vídeo en el que cuentan cómo funcionan y cuáles son sus efectos.
No todos los contratos incluyen estos topes, pero se calcula que podrían figurar en unos dos millones de hipotecas. En los contratos que sí las contenían -y contienen, porque hay entidades que todavía las incluyen- se especificaban unos 'suelos' situados entre el 2% y el 3%, habitualmente, que establecían el interés mínimo que pagaría siempre el hipotecado.
Es decir, en una hipoteca firmada con una cláusula suelo del 3%, el cliente pagaría al banco como poco un 3% de interés indiferentemente de cómo estuviera el euríbor a 12 meses, la referencia para más del 80% de las hipotecas variables que hay en España, que entró en negativo durante el 2016 tras caer a mínimos históricos.
En total, la banca española se ha jugado 16.000 millones de euros después de que la Justicia condenase el uso de esta letra pequeña. De esta cantidad, más de 4.400 millones es el importe que la banca debe reembolsar por el periodo 2009-2013 (retroactividad total), guarismo que se une a los 5.269 millones de euros a devolver bajo la doctrina del Tribunal Supremo (mayo de 2013-2015) y los 6.202 millones del llamado ‘lucro cesante’ entre 2016 y 2019, o ingresos que la banca dejará de percibir al retirar las cláusulas suelo si se mantiene el escenario actual de tipos de interés negativos o cercanos a cero.