- Considera que las finanzas conductuales explican hechos como elegir productos por la procedencia como los que practican boicot a Cataluña
- Descarta que haya una burbuja y ve oportunidades en los sectores del lujo, software o farmacéuticas
Las finanzas conductuales sirven para evaluar la toma de decisiones de los inversores. Pero no son sólo una vía de estudio en el mundo académico, sino que tienen su aplicación en el mercado. De esta opinión es la gestora Degroof Petercam AM, cuyos fondos de estilo ‘value’ están muy influenciados por el trabajo de Richard H. Thaler, Premio Nobel de Economía 2017.
Especialmente, apuntan al estudio ‘Does the stock market overreact?’ de Richard H. Thaler y Weber F.M. De Bondt en 1985. Esta investigación demostró empíricamente la tendencia del mercado a la sobrerreacción en las cotizaciones ante noticias sorpresa en torno a las empresas, lo que permite una oportunidad a los gestores que compran acciones infraponderadas (los ‘value’) ante la reversión a la media de los valores. Es decir, hacia sus fundamentales.
También hay en España una experiencia actual que se puede entender con este tipo de investigaciones como es el boicot a productos catalanes con la crisis política y la deriva independentista de la Generalitat. Elegir un producto según la procedencia “es uno de los dominios de experiencia e investigación de Thaler (en su libro ‘Nudge’). Precisamente porque somos humanos y no máquinas, esos aspectos psicológicos están influyendo nuestra vida diaria nuestras decisiones y preferencias sociales para consumir o invertir”.
Las finanzas conductuales “explican cómo y por qué las emociones y los errores cognitivos influyen en los inversores”, señala Philippe Denef, director de inversiones cuantitativas de Degroof Petercam AM, en una entrevista con ‘Bolsamanía’. “También demuestran que los sesgos de comportamiento de los inversores son sistemáticos, consistentes y predecibles”, añade.
Elegir un producto según la procedencia “es uno de los dominios de experiencia e investigación de Thaler. Precisamente porque somos humanos y no máquinas, esos aspectos nos influyen al consumir o invertir
Los fondos de la gestora belga DPAM Capital B Equities US Behavioral Value, DPAM Capital B Equities EMU Behavioral Value y DPAM Equities L Europe Behavioral Value trabajan con esta perspectiva. El primero es un fondo de grandes empresas estadounidenses que acumula una rentabilidad anualizada del 20% entre 2013 y 2016 con cuatro estrellas Morningstar -segunda máxima calificación frente a los competidores por rentabilidad y riesgo-, y 760 millones de euros bajo gestión. El segundo está centrado en la Eurozona, tiene también cuatro estrellas y un patrimonio de 867 millones, tras obtener una rentabilidad del 11% en los cuatro años anteriores. Mientras que el último es de bolsa europea en general, cuatro estrellas, 448 millones en activos y un retorno anualizado del 10,5%.
BATIR AL MERCADO
El director de inversiones señala que “es posible conseguir retornos superiores (al mercado) a largo plazo sistemáticamente explotando sesgos críticos y la debilidad del comportamiento del inversor”. En este sentido, la gestora estudia las anomalías y el ‘momentun’ de las cotizaciones. También tiene en cuenta los beneficios por acción (BPA) y criterios ESG (social, medio ambiente y gobernanza).
“Calculamos un retorno previsto basándonos en la asunción de que el mercado no valora correctamente la reversión necesaria a la ‘normalidad’”, insiste Philippe Denef. Por el contrario, “debido a los sesgos conductuales, los inversores y analistas tienden a extrapolar demasiado y demasiado tiempo las tendencias pasadas. Reaccionan exageradamente a la información antigua que lleva a sobrevalorar o infravalorar”, añade.
De esta forma, los gestores de Degroof Petercam MA tratan de identificar una zona de compra y de venta en cada sector. Incluido el tecnológico, a pesar de las reticencias de los gestores ‘value’. “Hay oportunidades en cada sector, y en tecnología en particular. Por ejemplo, en nuestro fondo estadounidense tenemos 16 nombres en software (como Activision Blizzard, Paypal, Cognizant, Alliance Data Systems u Oracle), siete en hardware, cinco en semiconductores, etc. En Europa, tenemos acciones como Paysafe, Ubisoft, Atos, Sopra, Ingenico o ASM International", detalla.
Los fondos compran acciones con al menos 1.000 millones de dólares de capitalización bursátil hasta construir una cartera de 140-150 valores entre Estados Unidos y Europea -unos 80 en la Eurozona-. Además, la rotación es muy reducida. “El proceso de selección se basa en el cálculo de un retorno previsto para cada compañía”, resume el ejecutivo. Para ello, estima el valor en libros, la rentabilidad sobre el capital futura (RoE) y la calidad de los balances. Entre las principales posiciones están Royal Dutch Shell, Sanofi, Total o BNP Paribas, aunque también hay valores españoles.
¿HAY BURBUJA EN LA RENTA VARIABLE?
Poco antes de recibir el Nobel, Thaler aseguró estar preocupado por las valoraciones del mercado, que consideró muy elevadas. “Hay explicaciones técnicas para los mercados actuales: tipos bajos, mucha liquidez y también crecimiento económico global”, señala Denef. “Los mercados no están eufóricos. No son baratos pero tampoco están en una burbuja”, sentencia, aunque advierte de que el futuro proceso de normalización de tipos generará turbulencias y volatilidades en el corto plazo: “Deberíamos esperar más volatilidad en adelante, pero sería un regreso a la ‘normalidad’”.
Así, en contra de algunas quejas sobre la exigencia de las valoraciones, el director de inversiones de Degroof Petercam apunta a oportunidades en sectores como software, farmacéuticas o lujo, normalmente considerados como un nicho de inversiones ‘growth’ -crecimiento-. "El conjunto de oportunidades podría medirse por el nivel de dispersión de la valoración que existe actualmente en el mercado. Es cierto que la dispersión ha tendido a la baja en el último año pero, basándonos en nuestras medidas, la dispersión todavía está por debajo de su media en el largo plazo”, arguye el gestor. Según su análisis, hay que preocuparse cuando la dispersión se desploma, como sucedió en 2006, un año antes del inicio de la crisis financiera en Estados Unidos. “Todavía estamos muy por encima de ese nivel”, agrega.
Philippe Denef cree que el Premio Nobel permitirá una mayor visibilidad al campo de las finanzas conductuales. “Al principio fue considerado un campo controvertido y marginal de la investigación económica. Ahora este ya no es el caso. Es una corriente principal e incluso más visible”, matiza.