Sin duda, los fondos de inversión figuran entre las principales alternativas en las que piensan los ahorradores a la hora de invertir su dinero. Por eso, y para tener más claro qué son, cinco preguntas ayudan a conocer mejor estos productos.
1. ¿Qué son los fondos de inversión?
Los fondos de inversión son instituciones de inversión colectiva (IIC). Consisten en un patrimonio formado por las aportaciones de un número variable de inversores, denominados partícipes. El fondo lo crea una entidad, la gestora, que es la que invierte de forma conjunta esas aportaciones en diferentes activos financieros (renta fija, renta variable, derivados o cualquier combinación de éstos…) siguiendo unas pautas fijadas de antemano. Cada partícipe es propietario de una parte del patrimonio del fondo, en proporción al valor de sus aportaciones y los aumentos o disminuciones del valor del patrimonio se atribuyen proporcionalmente a los partícipes.
Los fondos, tal y como explica la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en su página web, están regulados por una normativa que pone los límites a la forma en que la sociedad gestora puede invertir el dinero, con el fin de asegurar un nivel mínimo de diversificación, liquidez y transparencia.
2. ¿Qué tipos de fondos hay?
Hay una primera clasificación que divide los fondos en dos: fondos de inversión inmobiliaria y fondos de inversión mobiliaria. Los primeros son instituciones de inversión colectiva que invierten, fundamentalmente, en inmuebles para su explotación en alquiler. Son fondos, en general, menos líquidos que los de naturaleza financiera. El segundo tipo de fondos son los mobiliarios e invierten en activos financieros. Este tipo de fondos se dividen, a su vez, en: fondos ordinarios (que invierten mayoritariamente en renta fija, renta variable y/o derivados); fondo de fondos (que invierten mayoritariamente en otros fondos de inversión); fondos subordinados (que invierten en un único fondo de inversión); fondos índice (cuya política de inversión trata de replicar un determinado índice); y fondos cotizados o ETF (cuya peculiaridad es que se negocian en las bolsas de valores, como las acciones).
Además de los fondos cotizados o ETF, hay otros fondos con un funcionamiento distinto al habitual. Los fondos de inversión libre (también conocidos como fondos de inversión alternativa o ‘hedge funds’) se caracterizan porque pueden invertir sin las limitaciones que tienen el resto de fondos (tipo de activos, diversificación de sus inversiones y endeudamiento). Debido a que gozan de mayor libertad a la hora de invertir, el riesgo que se asume también es mayor.
También hay que destacar las instituciones de inversión colectiva extranjeras. Están constituidas en otro país y la normativa que los regula no es la española, sino la del país de origen, por lo que pueden darse diferencias.
El universo de fondos es muy amplio y permite invertir en todo tipo de activos con una inmensa cantidad de combinaciones. Algunas firmas, como Andbank, basada en la arquitectura abierta (que te permite comprar fondos de terceros), disponen de 5.000 fondos de inversión de más de 200 gestoras nacionales e internacionales.
3. ¿Qué documento debe ‘estudiarse’ el inversor?
Las entidades que comercializan fondos de inversión tienen la obligación de entregar al inversor una copia del Documento de datos fundamentales para el inversor (DFI), anteriormente denominado ‘folleto simplificado’, junto con el último informe semestral publicado, siempre antes de que suscriba el fondo.
Este documento es analizado y registrado por la CNMV en el momento de la creación del fondo. El DFI es un extracto del folleto completo y contiene los siguientes apartados: datos identificativos del fondo, objetivos y política de inversión, perfil de riesgo y remuneración, gastos corrientes y comisiones, rentabilidad histórica e información práctica.
4. ¿Cuáles son las principales comisiones de los fondos de inversión?
Tal y como detalla la web de la CNMV, las comisiones de los fondos se dividen fundamentalmente en dos: comisiones de gestión y depósito y comisiones de suscripción y reembolso.
El primer tipo de comisiones son las que cobran la gestora y el depositario, respectivamente, y son implícitas, es decir, ya están deducidas del valor liquidativo del fondo. El segundo puede ser a favor de la gestora o del propio fondo y son explícitas, es decir, se cargan al partícipe en el momento en que se realiza la suscripción o el reembolso. También es posible que se cobren comisiones por cambiar la inversión de un comportamiento a otro dentro del mismo fondo.
Además de las comisiones existen otros gastos que igualmente tienen repercusión en la rentabilidad final.
5. ¿Qué pasos hay que dar a la hora de invertir en un fondo?
El primer paso cuando se decide invertir en un fondo debe ser leer el DFI o documento de datos fundamentales. Después, se procede a la inversión mediante la suscripción de participaciones, es decir, cada inversor recibe un número de participaciones que es el resultado de dividir el importe invertido entre el valor liquidativo aplicable a la operación.
Cuando el inversor quiere recuperar su dinero tiene que solicitar el reembolso de sus participaciones al valor liquidativo de ese momento. En estos casos conviene comprobar en el DFI si hay comisión de reembolso y en qué casos, ya que a veces es posible ahorrársela simplemente retrasando el reembolso o solicitándolo en una fecha concreta. Por lo general, el plazo máximo en el que el inversor debe recibir su dinero es de 3 días desde que solicita el reembolso.